El deporte puede ser considerado como vehículo de política social para el logro de otros objetivos no deportivos como son la reducción del delito y el consumo de drogas por parte de la juventud, el aumento de la inclusión social, y la promoción de la salud. No es un fin en sí mismo, sino un medio para que los estados generen bienestar social[1].

En el marco del debate de la Comisión Segunda de Gobierno sobre el programa Supérate Intercolegiados, el concejal Armando Gutiérrez señaló la inactividad física como el cuarto factor de riesgo para la mortalidad a nivel mundial (6% de las muertes registradas en el mundo). Aumentar el nivel de actividad física se convierte por tanto en una necesidad social, no solo individual, que exige una perspectiva poblacional y multisectorial.

Obesidad infantil, epidemia mundial

El sobrepeso y la obesidad son importantes problemas de salud pública, asociados a muchas enfermedades graves. El riesgo de desarrollarlos depende de factores como el estilo de vida: consumo de alimentos y el nivel de actividad física[2]. La obesidad infantil es una epidemia mundial a gran escala y su prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante. La ciudad al igual que el país vive una transición nutricional, que requiere políticas y estrategias preventivas para evitar una epidemia futura de enfermedades crónicas no transmisibles y obesidad en niños, niñas, adolescentes y adultos.

Conforme al Observatorio de Salud de Bogotá, en el periodo 2007-2019, Bogotá ha presentado prevalencias de obesidad en niños de 0 a 4 años que oscilan entre 0,4 y 0,2 por cada 100 menores de 4 años. Mientras que en la población de 5 a 9 años, se observa un aumento en este evento, pasando de 3,7 en el 2007 a 7,7 en el 2019.

Ilustración 1. Prevalencia de obesidad en niños menores de 10 años en Bogotá

Fuente: Salud Data (2019)

Respecto al exceso de peso en población de 5 a 17 años en la capital, se observa una tendencia ascendente, pasando de 26,2% en el 2012 a 29,6% en el 2018. Esto puede tener relación con el consumo de alimentos ultra-procesados con altos niveles de azúcares y sodio, así como ambientes en donde desde edades tempranas se estimula el sedentarismo y bajos niveles de actividad física y juego[3].

Oferta de sustancias psicoactivas

De acuerdo al estudio nacional de consumo de drogas en escolares del año 2016, un 70,2% de los estudiantes del país manifiesta que les resultaría fácil comprar alguna bebida alcohólica. Dentro de las sustancias ilícitas, la marihuana es la sustancia que los estudiantes conciben como de más fácil acceso con un 37,3%, seguida por basuco con 12,4% y cocaína con 11,9%.

El 19,4% de los escolares recibió una oferta para comprar o probar alguna sustancia, es decir 1 de cada 5 estudiantes. Un 8,2% de los estudiantes declaró haber recibido oferta de alguna sustancia para probar o comprar en el último mes. Mientras que un 70,6% de los escolares del país declara que nunca ha recibido una oferta para comprar o probar sustancias.

Al comparar los principales resultados entre 2004, 2011 y 2016, se observa una caída de 10 puntos porcentuales en el uso de alcohol en el último mes pasando de 46,6% en 2016 a 36,3% en 2011. De igual forma se mantiene el descenso en el uso de tabaco, donde la prevalencia en el último mes pasa de un 23,8% en el 2004, a un 12,7% en el 2011 y un 7,6% en el 2016. En cuanto al uso de la marihuana, la prevalencia en el último año muestra un aumento pasando de 6,9% en 2011 a 7,8% en 2016. El consumo de cocaína también presenta un leve aumento pasando de 2,4% en 2011 a 2,6% en 2016.

Por último, frente al programa de los Juegos Supérate, que consiste en un sistema nacional de competencias deportivas y académicas dirigido a población entre 7 y 17 años de edad, señaló que los informes del mismo no muestran los resultados por localidades. Es importante conocer su impacto social y deportivo, analizando su alcance antes, durante y al final de las actividades, contar con un mayor acompañamiento del Ministerio del Deporte y del IDRD, así como mejores herramientas tecnológicas para la inscripción y divulgación de los comunicados de las actividades, para que se tenga una amplia cobertura en los colegios de Bogotá[4].

Otro aspecto por mejorar es que las instituciones de educación escolar privadas de estratos altos disponen de condiciones mucho más favorables para la organización y desarrollo de las competencias que las instituciones educativas privadas de estratos bajos y las públicas. Los incentivos y becas que otorga el programa son reducidos, por cuanto sólo van dirigidos para los ganadores de la fase distrital y nacional, cuando el número de deportistas que necesitan esas oportunidades es bastante alto.

Las citadas cifras de sobrepeso y obesidad así como de consumo de SPA en escolares, invitan a fortalecer los programas de actividad física y aprovechamiento del tiempo libre en edades más tempranas en el ámbito escolar. Para garantizar un acceso y un goce efectivo del derecho a la práctica del deporte y la recreación, es necesaria la dotación de los espacios físicos o equipamientos deportivos idóneos y de la divulgación a toda la ciudadanía de la oferta del IDRD.

Concejal Armando Gutiérrez González
Partido Liberal

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