La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que las ventas de cigarrillos electrónicos han crecido rápidamente desde su entrada al mercado en 2012, y podrían alcanzar los 26.840 millones de dólares en 2023. También ha aumentado su publicidad y mercadotecnia.

Lo que resulta preocupante es que la publicidad incluye información falsa o engañosa sobre beneficios para la salud, y que va dirigida a población joven que no necesariamente es fumadora de tabaco; es decir que en vez de 'ayudar a dejar de fumar' puede ser un primer escalón al tabaquismo[1]. Para la OMS no existe evidencia científica de que este dispositivo sea menos nocivo que el cigarrillo o que ayude a reemplazarlo.

¿Cuál es el panorama en Colombia?

El Ministerio de Salud señala que no está probado que los vapeadores, cigarrillos electrónicos y Sistemas de Administración de Nicotina (Sean) generen menor riesgo, y tampoco que sirvan para dejar de fumar. Por tanto no son seguros y pueden causar adicción, así como generar riesgo de enfermedades cardiovasculares.[2]

En opinión de Alfonso Ávila García, de la Sociedad Colombiana de Medicina Familiar, los dispositivos no son inocuos, pues contienen sustancias nocivas no sólo para quien lo usa sino para terceros que están expuestos, y ya se han identificado científicamente diversos efectos sobre la salud: pueden generar daños a los sistemas respiratorio y cardiovascular, así como a la salud mental[3].

Aumenta el consumo en población escolar

La Encuesta de tabaquismo de 2017 mostró que el 15,4% de los estudiantes de colegio había experimentado el uso de cigarrillos electrónicos especialmente en zonas urbanas como Medellín y Bogotá. Mientras que el 16.1% de jóvenes universitarios lo había probado alguna vez en su vida[4].

Recientemente el Ministerio de Justicia dio a conocer los resultados del Estudio nacional de sustancias psicoactivas en población escolar durante 2022. El 22,7% de los estudiantes de colegios del país, entre 12 y 17 años, ha fumado con vaporizador o dispositivo electrónico al menos una vez, frente a un 11,1% que ha fumado tabaco o cigarrillo tradicional[5].

El tabaquismo es la primera causa de muerte evitable en el mundo y genera importantes costos económicos, sociales y ambientales. Por tal motivo se debe generar mayor conciencia pública sobre el riesgo asociado con el uso de cigarrillos electrónicos especialmente en los jóvenes, quienes consumen coaccionados por la publicidad y la baja percepción del daño físico que producen, convirtiéndolos en potenciales consumidores de tabaco.

"En ese orden de ideas, vemos que los vapeadores sí presentan riesgos para la la salud de quienes lo consumen, a diferencia de lo que dicen quienes lo venden y distribuyen. Dichos riesgos se incrementan al no contar con una regulación clara y concisa que presente el consumo como un riesgo. Esto último, es a su vez preocupante, teniendo en cuenta que la población joven y menores de edad del distrito y del país son quienes más lo consumen. Por tanto, desde el concejo queremos hacer un llamado a que se avance con las regulaciones necesarias en el nivel nacional y distrital" afirmó el concejal Armando Gutiérrez del Partido Liberal.

La OMS ha recomendado prohibir fumar y vapear en los centros educativos y prohibir la venta de estos productos cerca de las escuelas, con el fin de proteger la salud de niños y adolescentes. Y aunque en el caso de los mayores de edad es una decisión personal, también como consumidores tienen derecho a conocer los riesgos del consumo y tomar las precauciones necesarias.

El concejal anunció que hará un seguimiento exhaustivo, en el marco de sus funciones de control político, a los vacíos en la regulación de los vapeadores.

Ilustración 1. Sustancias de los Vapeadores Peligrosas para la Salud

H.C. Armando Gutiérrez
Partido Liberal Colombiano