Según cifras de la Secretaría de Integración Social, en los primeros 8 meses del año ya se habían entregado ayudas alimentarias de la siguiente manera: 247.216 bonos canjeables, 140598 atenciones a través de comedores comunitarios, 15.198 paquetes alimentarios, 346.649 suministros crudos y 53.562 canastas alimentarias a hogares en Bogotá. La mayor cantidad de personas beneficiadas con las ayudas alimentarias que entregó la SDIS, corresponden a los usuarios que recibieron bonos, suministro de alimentos crudos y beneficiarios de comedores comunitarios, especialmente a partir de la declaratoria de emergencia; siendo las poblaciones que más requieren las ayudas: los niños, niñas y adolescentes, los adultos mayores mujeres embarazadas y miembros de la comunidad indígena que habita en la ciudad.
Entre marzo y junio se entregaron en promedio 109.8882 paquetes mensuales, mientras que en julio y agosto se incrementó la demanda de ese beneficio hasta alcanzar 114.798 y 113.067 paquetes, respectivamente. En general la entrega siempre ha estado por debajo de los 117.000 cupos inicialmente previstos, considerando que una parte de la población se ha movilizado y que muchos migrantes han salido de Bogotá. En todo caso, es imposible establecer el número total de ayudas según tipo de población beneficiada.
Ya levantada la cuarentena, será mayor la necesidad de las comunidades beneficiarias habituales y de aquellas que no acudían a los servicios de la entidad pero que por la emergencia se vieron obligados a acudir a postularse a los apoyos. Es por eso que la administración distrital debe redoblar los esfuerzos encaminados a impedir que en el caso de los niños y jóvenes, por cuenta de la crisis se desvinculen de su proceso educativo, y que gracias al rastreo e identificación que se ha hecho de los que están dentro del sistema escolar, se les haga seguimiento.
Los organismos de control en Bogotá, han señalado que tanto en el portal “Así va Bogotá Solidaria en Casa” como en las declaraciones públicas realizadas por la administración distrital se insiste en sumar todo tipo de asistencia alimentaria, independientemente de su naturaleza, alcanzando la exorbitante cifra de 7.868.526 beneficiarios con corte a 2 de septiembre, integrando los auxilios habituales de los programas de asistencia con las ayudas de la pandemia por las cuales especialmente deberá rendir cuentas el Distrito.
Sin desconocer el positivo impacto de estos apoyos, la cantidad de quejas y de protestas indican que hay poblaciones que por su condición específica no suelen estar incluidas en los criterios de focalización tradicionalmente utilizados, como las familias de migrantes que viven en los pagadiarios de la ciudad, que residen en barrios aún no legalizados o las personas dedicadas a las actividades sexuales pagas y que suelen ocultar su identidad real. Por esta razón, adquieren especial importancia los instrumentos de focalización comunitarios y territoriales, incluidos en el manual operativo de Bogotá Solidaria en Casa.
No es hora de bajar la guardia, es momento de fortalecer esfuerzos encaminados a la atención integral de las familias más vulnerables y aquellas de clase media que ingresaron a las cifras de desempleo o pobreza durante estos cinco meses de cuarentena y que seguramente necesitan de ayuda por un tiempo más. La estrategia debe orientarse a evitar que la crisis de todos estos beneficiarios sea permanente y el compromiso de la Administración en la Nueva Realidad, el de la generación de empleo y programas que les permitan solventar la crítica situación en la que se encuentran, lo más pronto posible. #EntreTodosNosCuidamos
Concejal de Bogotá
