Concejo de Bogotá
Acoso escolar: entre la soledad, la tristeza y el miedo
Es alarmante el impacto que causa en los niños y en los jóvenes el acoso escolar, llamado bullyng: 200 muertos al año en el mundo según las cifras de la Unesco, que desde el 2013 decidió promover una lucha sin fronteras contra este flagelo.
En el mundo son 246 millones de niños y jóvenes los que permanentemente son sometidos a diferentes tipos de violencia en el entorno escolar y universitario. Lo grave es que no somos conscientes de que hay ataques físicos y sicológicos que dejan huella.
En Bogotá psicólogos del Politécnico Gran Colombiano revelaron en un estudio que uno de cada seis niños entre 7 a 10 años ha recibido un pellizco, una palabra agresiva o un mordisco de un compañero durante sus horas de estudio.
Una encuesta entre 4.200 estudiantes de 32 instituciones educativas técnicas y universitarias de Bogotá, realizado por la fundación Stop Bullying, evidenció que el acoso se manifiesta en acciones como los apodos despectivos, la exclusión de los grupos y la agresión verbal. Y afecta por igual a hombres y mujeres.
En ese estudio el 32 por ciento de los jóvenes entre 16 y 24 años reconoció haber sido víctima de matoneo. Y más dramático es el hecho de que el acoso ha saltado de los salones de clase y los pasillos de las instituciones educativas a las redes sociales, haciendo más exponencial las consecuencias del matoneo, que se hace con frases e imágenes de las víctimas.
En esta encuesta se mostró que las ofensas verbales y la exclusión social son las amenazas más repetidas en las universidades.
En el origen del matoneo están los prejuicios, la homofobia, el racismo y la exclusión de género. Y son unas conductas sociales que muchas veces están ligadas al consumo de alcohol y drogas que hacen más violentos a los estudiantes que practican el acoso contra sus compañeros.
Son muchos los que terminan desertando de la educación para escapar del bullying, pero no son pocos los que son inducidos al suicidio, cuando no son asesinados en situaciones extremas, como ha mostrado la Unesco.
La Unesco llama la atención por los cientos de jóvenes que sobrellevan el acoso escolar con angustia y cansancio como si se tratara de una tortura cotidiana: viven en medio de la soledad, la tristeza y el miedo.
Tenemos que prestarles atención a nuestros niños jóvenes, que sepan que hay unas familias, una sociedad y un Estado dispuesto a defenderlos del acoso escolar.
