El concejal Nelson Cubides del Partido Conservador, dejó constancia de su posición al Dr. Enrique Peñalosa, Alcalde Mayor de Bogotá, con el ánimo de contribuir al diálogo y dar a conocer nuevas posibilidades acerca del debate que ha surgido en torno a la Reserva Thomas van der Hammen, atendiendo dos posturas que hasta el momento se radicalizan: la ecologista y la urbanista.
El concejal Nelson Cubides, hace extensiva esta reflexión a todos los ciudadanos con el fin de que, no se inicie esta discusión desde la solución, sino desde el problema. “Insisto en que el problema no es la reserva, es la densidad poblacional y el déficit de vivienda que esto conlleva. Primero ordenemos el territorio y proyectemos la vocación del suelo en un diseño claro de ciudad donde el uso ambiental sea compatible con el uso urbanístico, donde convivan en espacios respetuosos en un escenario futuro de megaciudad que mantenga un equilibrio entre medio ambiente y urbanismo, en beneficio de las personas con menos recursos que aún no han podido alcanzar el sueño de tener una vivienda propia”.
Un buen punto de partida es replantear las preguntas que tenemos en la actualidad para abrir la discusión. Preguntas como: ¿Cuál será el crecimiento poblacional de la ciudad y dónde se va a concentrar? ¿Es compatible el crecimiento económico y la protección ambiental? ¿Tenemos claridad en las normas de ordenamiento territorial? ¿qué experiencia mundial existe en desarrollo de megaciudades? Estas preguntas podrían ayudarnos a cambiar el enfoque del debate.
Precisamente el Alcalde, Dr. Enrique Peñalosa ha señalado que el área metropolitana de la ciudad va a triplicarse durante los próximos 40 años. Esto quiere decir que habrá 3 millones de habitantes más. Esta afirmación coincide con lo expresado por Paul Romer, director del Urbanization Project, una plataforma liderada por la Universidad de Nueva York donde advierten que las ciudades del planeta agregarán más gente en el siglo XXI
que durante toda la historia de la humanidad.
También Oxford Economics señaló que Bogotá será la cuarta ciudad de América Latina que más crecerá en los próximos 15 años, detrás de Sao Paulo, Lima y Monterrey. Esta situación generada en buena parte por las posibilidades económicas que brinda la ciudad, estimulará el crecimiento poblacional de forma extraordinaria.
Como ya ha sucedido en China, donde guardadas proporciones, la expansión económica de ese país, según la ONU DAES, generó una masiva urbanización y llevó a decenas de millones de campesinos a emigrar a las ciudades en busca de trabajo. Esta es la razón por la cual ciudades como Pekin (20.3 millones), Shanghai (23.7 millones) o Guangzhou (12.4 millones) triplicaron sus habitantes en los últimos 20 años.
La discusión por tanto no debe centrarse entre si debemos “tumbar construcciones” o “expandir la ciudad” en la reserva Thomas Van der Hammen para albergar este inminente crecimiento poblacional, sino en buscar respuestas sobre ¿cómo vamos a suplir el déficit de vivienda cualitativo y cuantitativo en Bogotá?, como bien lo
advierte Diego Velandia, director del Observatorio de Calidad de Vivienda Nueva. Solo entonces podremos entender que una posibilidad es usar parte de la reserva Thomas van der Hammen y pagar el precio ecológico que implica intervenir la última gran reserva verde, o densificar una ciudad con todo lo que ello implica: derribar construcciones, ampliar vías, ampliar servicios públicos y desde luego la angustia emocional que genera
para los bogotanos las interminables obras de infraestructura que se realizan en la ciudad.
Hoy Bogotá tiene una enorme posibilidad de crecer y debemos hacerlo ordenadamente y como concejales de la ciudad sin duda asumimos esa responsabilidad de apoyar al alcalde en los escenarios futuros que mejor convengan a los bogotanos.
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Diana Carolina Navarro
Jefe de prensa concejal Nelson Cubides
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