Deambulan de tiempo atrás más de 10 mil habitantes, sin rumbo fijo, afectan por igual a familias y comercio sin importar el estrato social.
Pobreza extrema, abandono, consumo de alcohol, drogas y violencia intrafamiliar se encuentran entre las causas que impulsan a niños, jóvenes, hombres y mujeres a tomar la calle como una opción de vida. Se calcula que hasta un 50 por ciento de los habitantes de calle son personas con alguna enfermedad mental y otro gran número tiene problemas de consumo de drogas y por ende de delincuencia.
Esclavos de la drogadicción son sometidos por las bandas de narcotráfico, que a voluntad de sus jefes los manipulan a tal punto de aterrar la ciudad.
La recuperación social de los casi 15 mil habitantes de calle, requiere de un tratamiento que a todas luces tardará años de trabajo continuo por parte de las autoridades y del cual ya empezó la actual administración.
Sin embargo los problemas de delincuencia y microtrafico en los colegios y calles de nuestros barrios, son aún más graves, por cuanto cada día vemos como aumenta el expendio y comercio de estupefacientes a jóvenes y niños de temprana edad.
Sin dejar de lado las consecuencias que tiene para la ciudad la problemática de habitante de calle. Nos parece más importante y trascendental que nuestra sociedad “despierte” ante la vulnerabilidad que tienen nuestros jóvenes frente el narcotráfico, el delito, la prostitución y la pérdida de valores en general. A las “farras del Bronx” acudieron por años sin control, niños, niñas a sumergirse en las drogas y el alcohol. Nuestra preocupación debe estar enfocada en salvaguardar la vida y los derechos de nuestros menores.
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Carlos Alberto Beltrán C.
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