El cabildante conservador recordó que Bogotá cuenta con 1.795 organizaciones comunales, de las cuales 1.775 son Juntas de Acción Comunal de primer grado, y 20 son de segundo grado, que hoy hay más de 3.500 barrios, por lo que llamó la atención sobre el proceso de acompañamiento comunal, ya que lo considera deficitario y cree que en algunos casos no se ha reconocido la personería jurídica de algunas JAC; enfatizó que debe tenerse en cuenta, que aunque el censo no es totalmente certero, se identifican 705 salones comunales públicos que operan en Bogotá de un universo total de 1280.
Carrillo Campo habló sobre el IDPAC y su misión establecida legalmente en el fortalecimiento de políticas para el desarrollo de las Juntas de Acción Comunal “Me preocupan dos cosas; primero que la asignación presupuestal al fortalecimiento de organizaciones comunales, es demasiado baja y debería ser revisado en próximas vigencias, considerando la cantidad de juntas que existen en la ciudad, y lo segundo, es que en mi criterio los programas y proyectos que existen para este fin no son efectivos, y no generan un impacto real en el desarrollo comunal de la ciudad y lo segundo, es el trabajo que debe realizar el DADEP con el fin de armonizar el procedimiento que permita reglamentar la administración de los salones comunales públicos, respetando y garantizando la tradición, posesión y dominio de las JAC sobre estos bienes, que en muchos casos llevan más de 30 años en su haber” ¿Sera que son los convenios solidarios la opción indicada? ¿Qué otra figura se podría utilizar que fuera razonable para las expectativas de las JAC?
El concejal hizo además un llamado frente al tema de inseguridad que afrontan los barrios, la amenaza que se cierne sobre la acción comunal que los denuncia, convirtiéndose en objetivo de los criminales, sin que haya respuesta oportuna de la institucionalidad del distrito, agregó que, para incentivar la actividad comunal en los barrios debemos velar por la integridad de quienes hacen parte de ella.