Rehabilitar al habitante de calle requiere una acción integral

Por esa razón insisto en la necesidad de promover un movimiento amplio para solicitarle a la Corte Constitucional que revise el fallo que le impide al Gobierno prestar atención de rehabilitación a los habitantes de calle sin su consentimiento.

Las razones para esta solicitud son de fondo: el VI censo de habitantes de calle, el último realizado en Bogotá en el 2011, demostró que estas personas están atadas a la calle por todo tipo de dificultades familiares, pero en particular por un gravísimo problema de adicción de las drogas.

En ese estudio, de los 9.614 habitantes de calle que fueron censados, el 90,83 por ciento se declaró consumidor de sustancias psicoactivas. De ellos el 72,91 por ciento se reconoció como consumidor de bazuco, la droga más letal que afecta a los habitantes de calle.

Estas cifras deberían ser suficientes para que los magistrados de la Corte Constitucional revisen el fallo que limita la acción de las autoridades cuando los habitantes de calle se niegan a recibir ayuda.

Lo dije en el conversatorio 'Espacio público y habitante de calle: retos desde el Bronx' de la Universidad Javeriana y lo he venido repitiendo en desde el Concejo: hay que dignificar la vida en la calle, es un fenómeno que no se va a terminar y que data de siglos atrás, pero no podemos ignorar las características del problema en Bogotá.

En el VI censo del 2011, el 44,30 por ciento de los habitantes de calle dijo que su condición se debía a problemas familiares y el 33,75 por ciento al consumo de drogas.

En una caracterización realizada en el 2015, la secretaría de Integración Social confirmó esta situación: el consumo de sustancias psicoactivas con el 33,3 por ciento y el deterioro de la red familiar con el 18,9 por ciento son las dos principales para permanecer en la calle de estas personas.

Es urgente posibilitar que sean llevados a los a los centros transitorios y a los hogares de paso. Esos centros de atención son el primer paso para iniciar su rehabilitación y poder brindarles la posibilidad de una vida digna.

Como concejal considero que hay cinco líneas de acciones urgentes en esta situación:

Estoy enviando una solicitud a la Corte Constitucional con la firma de cientos de ciudadanos por medio de change.org, para que revise su línea jurisprudencial en torno al consentimiento informado que debe existir por parte de los habitantes de calle consumidores de SPA y alcohol, para que puedan ser sometidos a un tratamiento integral por parte del Estado.

Es fundamental que el Congreso de la Republica expida una Ley en la que se reglamente la rehabilitación involuntaria de los habitantes de calle y se permita al Estado intervenirlos con el ánimo se sacarlo de su adicción y permitirles mejorar su calidad de vida.

Se requiere realizar una campaña en la ciudadanía en contra de la entrega de limosnas y ayuda a los habitantes de calle, debido a que una de las circunstancias por las cuáles estas personas se sienten cómodas viviendo en la calle es por la facilidad que encuentran para recibir dinero de limosnas y comida por parte de la gente.

Hay que fortalecer la confianza del habitante de calle en la administración, ya que esa es la base para iniciar el proceso de intervención para aceptar las ofertas institucionales.

Y se necesita la atención integral en salud física y metal, acompañada de un desarrollo humano integral y a formación para el trabajo y generación de ingresos.

Lucía Bastidas Concejal