La plenaria aprobó por mayoría un proyecto de acuerdo que establece mecanismos para lograr la correcta disposición de las colillas de cigarrillos y las gomas de mascar en capital.
El nuevo acuerdo, de iniciativa de la concejala Lucía Bastidas, ordena establecer acciones efectivas para que estos elementos no sigan contaminando las calles, parques avenidas y fuentes de agua de la ciudad.
Según el acuerdo aprobado por la plenaria, las entidades tendrán que promover que los fabricantes realicen campañas de advertencia al consumidor sobre los efectos ambientales que produce sobre el suelo, el agua y la salud pública la práctica de arrojar las colillas en la vía. Lo deben hacer desde los empaques, pues en el caso de los chiles, se pueden usar para la disposición adecuada de estas gomas de mascar.
La nueva norma de la ciudad también establece la obligación de movilizar a los empresarios para realizar campañas publicitarias sobre los efectos sanitarios y ambientales que implica arrojar el producto al piso, en beneficio de la salud pública y el cuidado del patrimonio urbano.
Las acciones de comunicación que deberán realizarse deberán ser acompañadas de sanciones pedagógicas y de comparendo ambiental, pero paralelamente se deberán instalar canecas de basura con dispositivos para las colillas de cigarrillos en zonas de gran afluencia de personas. Es un trabajo de corresponsabilidad entre los fabricantes, las entidades del Distrito y los ciudadanos.
El acuerdo es de la mayor importancia para el medio ambiente de la ciudad. Los estudios indican que una sola colilla puede contaminar ocho litros de agua ya que contiene más de cuatro mil sustancias tóxicas, como el acetato de celulosa, un derivado del petróleo que se encuentra presente en el filtro y que tarda 10 años en descomponerse.
Un estudio de Aguas de Bogotá en el 2013 mostró que solo en la plaza de Bolívar se concentraban más de 50.000 gomas de mascar adheridas al piso. Limpiar ese espacio costó en el 2014 la no despreciable suma de 2.500 millones de pesos, y entre lo que se limpió estaban los chicles.
En la exposición de motivos que sustentó esta iniciativa, se recordó que la Organización Mundial de la Salud estima que en el mundo hay más de mil millones de fumadores, que generan 5,6 trillones de colillas, muchas de las cuales terminan en las fuentes hídricas.