- En los últimos cuatro años, la Secretaría de Movilidad ha incrementado el número de Agentes Civiles de Tránsito de 150 a 450, lo que ha costado a Bogotá cerca de $40 mil millones de pesos.
- Además, se han destinado $50 mil millones para los Agentes de Tránsito de la Policía, quienes debían ser desmantelados gradualmente y $30 mil millones para los Guías de Movilidad, quienes solamente se encargan de hacer pedagogía vial.
Desde 2021 Bogotá ha invertido más de $120 mil millones de pesos del erario en un nuevo esquema destinado a la gestión del tráfico, distribuido entre el Cuerpo de Agentes Civiles Azules, los Agentes de Tránsito de la Policía y los Guías de Movilidad. A pesar de esta significativa inversión, la ciudad continúa enfrentando graves problemas de congestión vehicular, accidentes y carros mal parqueados, lo que la sigue posicionando en los rankings globales como una de las ciudades con peor tráfico en el mundo.
Actualmente, Bogotá cuenta con 1,359 personas activas dedicadas a mejorar la movilidad: 450 de Agentes Civiles de Tránsito, 209 contratistas del Grupo Guía, y 700 policías de tránsito. Aunque este esfuerzo debería haber reducido la congestión, mejorado la seguridad vial y optimizado la aplicación de las normas de tránsito, los resultados y la percepción social del nuevo esquema de tránsito civil para el mejoramiento de la movilidad y seguridad vial no son los mejores frente al costo asumido por la ciudad.
Cristina Calderón Restrepo, Concejal de Bogotá, ha expresado su preocupación: “Independientemente de la cantidad de personas dedicadas a gestionar el tráfico y el costo que esto representa para los bogotanos, su labor no ha sido suficiente ni estratégica. La ineficiencia de los agentes azules y los guías de movilidad es evidente. Todos los días vemos calles llenas de carros mal parqueados. Además, no hay una estrategia clara para gestionar las vías de manera territorial; los agentes recorren la ciudad sin un orden definido ni acciones concretas. Mientras tanto, los puntos críticos siguen sufriendo los mismos problemas de trancones, accidentes y carros mal parqueados”.
En los últimos cuatro años, la Secretaría de Movilidad ha incrementado el número de Agentes Civiles de Tránsito de 150 a 450, lo que ha costado cerca de $40 mil millones de pesos. Además, se han invertido $50 mil millones en Agentes de Tránsito de la Policía que, según la ley, debían ser desmantelados gradualmente, y $30 mil millones en los Guías de Movilidad, quienes no tienen la facultad de imponer sanciones. Frente a este último rubro, desde el Concejo de Bogotá alertan sobre una proyección de recursos por parte de la SDM de más de $34 mil millones de pesos para contratar más Guías de Movilidad hasta el año 2027.
“La ciudad no necesita más guías de tránsito. Aunque la pedagogía con los ciudadanos es importante, debemos priorizar la seguridad vial, mejorar la infraestructura vehicular, controlar a los mal parqueados, y asegurar una respuesta rápida y eficiente tras los accidentes. Por lo anterior, es importantísimo implementar Big Data e Inteligencia Artificial para predecir riesgos, optimizar el tráfico y automatizar el control de infracciones mediante radares y cámaras. Además, la distribución de los Agentes Civiles de Tránsito debe ajustarse a las particularidades de cada zona de la ciudad”, asegura Cristina Calderón Restrepo.
A pesar de que en 2024 se han hecho 14,707 operativos de control para la recuperación del espacio público, con un promedio de 300 operativos semanales y 40,187 comparendos impuestos por estacionamiento indebido, queda claro que los operativos contra los mal parqueados no son suficientes. Es imprescindible contar con el apoyo de tecnologías modernas que permitan sancionar a los infractores de manera eficiente.
Bogotá debe modernizar su sistema de gestión del tránsito para garantizar una movilidad más eficiente y segura. Además, debe ser eficiente con la optimización de los recursos e implementar una mayor coordinación entre las diferentes autoridades de tránsito para lograr una movilidad sostenible y mejorar la calidad de vida de los bogotanos.
