En el marco del Foro de Salud Mental, la concejala de Bogotá, Ana Teresa Bernal, del Pacto Histórico, llamó la atención sobre una problemática urgente: los impactos que el conflicto armado interno ha generado en la salud mental de las víctimas en la ciudad. Bernal instó a reconocer la gravedad de esta situación y la necesidad de una intervención más profunda y eficaz.
"En Bogotá, amplios territorios han sido construidos de forma improvisada por desplazados de la violencia, y poco sabemos sobre su estado físico y mental. La historiografía contemporánea ha demostrado que el conflicto armado ha afectado la sociabilidad, el sentido de vida y la seguridad personal y colectiva de las víctimas", afirmó Bernal.
La concejala citó los estudios de Charry Lozano (2011) que destacan los efectos psicológicos más graves en las víctimas, entre ellos el estrés postraumático, trastornos del estado de ánimo, ansiedad, depresión, problemas de consumo de alcohol, desintegración familiar, pérdida de prácticas culturales, y cambios profundos en los proyectos de vida individuales y colectivos, con impactos que trascienden generaciones.
La Salud Mental de las Víctimas en Bogotá: Un Diagnóstico Incompleto
De acuerdo con Bernal, en Bogotá residen 377.830 víctimas del conflicto armado, pero no existe un diagnóstico real sobre su estado de salud mental. "La metodología adoptada para intervenir es frágil y de bajo impacto, basada en la demanda, lo que no permite una verdadera aproximación a sus condiciones", expresó. Reiteró que proyectos de vivienda como Plaza de la Hoja y Villa Karen, donde se concentran familias desplazadas, no han sido objeto de análisis sistemático para evaluar la magnitud del daño psicosocial.
En los asentamientos ilegales donde estas víctimas, en su mayoría mujeres, han encontrado refugio, se enfrentan a situaciones de violencia de género, racismo, reclutamiento forzado, y violencia intrafamiliar. Bernal lamentó que la orientación psicosocial que ofrece la ciudad no ha logrado un impacto positivo en estas comunidades.
Ana Teresa Bernal destacó los avances logrados durante la administración del alcalde Gustavo Petro, con su estrategia de Atención Primaria en Salud y los equipos de Territorios Saludables. Esta iniciativa permitió atender a 54.303 hogares de víctimas y ofrecer 38.815 orientaciones psicosociales. Sin embargo, denunció el abandono de estas estrategias en administraciones posteriores. "Hoy, los servicios han retrocedido de manera alarmante", dijo. Según datos del informe de la Consejería de Paz del 9 de abril, en el último año solo se han brindado 6.666 orientaciones, en contraste con las casi 10.000 anuales de administraciones anteriores.
Llamado a la Acción
Bernal enfatizó que en el Plan Distrital de Desarrollo (PDD) "Bogotá Camina Segura", si bien se propone garantizar el acceso a medidas de rehabilitación psicosocial a 17.280 víctimas, las metas actuales son insuficientes. "Hemos perdido el enfoque reparador, y cada vez se atienden menos personas", señaló.
Finalmente, subrayó que la salud mental de las víctimas del conflicto armado debe ser una prioridad. "Su sanación, reparación integral e inclusión son fundamentales para consolidar la paz. Debemos profundizar, ampliar y fortalecer la estrategia de atención psicosocial en Bogotá", concluyó.
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