Una vez más las noticias que conocemos en temas de inseguridad, son las encargadas de mostrar la realidad que se vive en Bogotá. Hace poco más de un mes, la alcaldesa y su Secretario de Seguridad festejaban la supuesta disminución de los índices de inseguridad, y hoy nuevamente, los actos tan escandalosos que se han vivido, demuestran la falta de políticas públicas para enfrentar a los delincuentes que se están robando la poca tranquilidad que le queda a los ciudadanos.
Según el informe presentado por esta administración en julio de este año, los homicidios en Bogotá habían disminuido un 16%, pero hace unos días, nos despertamos con una masacre ocurrida en la calle 222 con autopista norte, donde lo único que se evidencia es que los delincuentes invaden nuestra ciudad sin temor alguno. Nadie responde, nadie se responsabiliza y nada sucede.
Si hablamos de la última semana, las evidencias tumban todas las cifras que da la alcaldía, tenemos el asalto a mano armada de los visitantes al cerro de Monserrate, el homicidio anteriormente mencionado, el asalto a mano armada que quedó grabado en pleno trancón en la calle 134 con carrera 19; y hoy nuevamente nos encontramos con cuerpos desmembrados en bolsas plásticas. Esto solo, por enunciar algunos de los hechos que han sucedido durante los últimos días en la capital del país.
Ahora bien, preocupa, además, que sea el mismo Secretario de Seguridad, Aníbal Fernández de Soto, quien informa que “el hurto a personas en todas sus modalidades, es decir desde el raponazo, el robo del reloj, de la cartera, de elementos personales, viene en aumento en el 5%, esa es una tarea que sigue siendo un desafío y estamos trabajando para reducirla”. Aumento que claramente es evidente y que, por demás, no se ve ningún tipo de medida real, que permita brindar a los ciudadanos un parte de tranquilidad al salir a las calles, y eso que solo hablamos sobre reportes de la ciudadanía, me atrevería a decir que las cifras reales son mucho más preocupantes.
No se puede justificar lo que sucede en Bogotá frente a la inseguridad, indicando que han disminuido otro tipo de delitos, mientras que los delincuentes continúan reinventándose y acribillando a los bogotanos, buscando la menor oportunidad para poder atacar.
Nuevamente hago el llamado que en repetidas ocasiones he realizado a la Administración Distrital: es imperativo que se trabaje inmediatamente en Políticas Públicas y medidas que frenen a los delincuentes y no solo dedicarnos a dar cifras que no benefician en absolutamente nada a la comunidad.