Buses eléctricos sí, por calidad de vida de los bogotanos

En múltiples ocasiones el Concejal Celio Nieves Herrera del Polo Democrático Alternativo ha denunciado que el 80% del total de las emisiones de material particulado (PM10 y PM2,5) provienen de vehículos que funcionan con motores diesel, y que de ese valor, el 9% corresponde a la flota de buses que conforman el SITP y Transmilenio. Por ello, no es extraño que en la Localidad de Kennedy se registre el sitio con mayor concentración anual de material particulado y que durante ocho días la ciudad experimentara un estado de alerta amarilla por contaminación del aire, aun cuando nos encontramos bajo un periodo de lluvias que eventualmente disminuye esta problemática.

A diferencia de otras ciudades, el impacto de la contaminación del aire generado por el transporte público en Bogotá es mayor en comparación con el vehículo privado. Un informe elaborado por el Grupo de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes, evidencia que durante la jornada del Día Sin Carro y Sin Moto el 1º de febrero del año 2018 los niveles de contaminación del aire por partículas aumentaron debido a la circulación prioritariamente vehículos que funcionan con combustible diesel, momento en el que además Transmilenio operó con el 100% de su flota disponible.

Es incoherente que la administración distrital siga obstinada en la construcción de nuevas troncales de Transmilenio que pasen por la Carrera Séptima o atraviesen la Reserva Thomas van der Hammen dejando un rastro contaminador con sus buses “chimenea”. Pero resulta increíble que se promueva el uso de transporte público cuando la flota que opera actualmente para Transmilenio (Sistema Troncal)  funcione en un 90,3% con buses diesel, 9,6% híbrido y tan lo solo el 0,03% eléctrico, mientras que el 99% de los buses del SITP (Sistema Zonal) usan diesel, el 0,8% son híbridos y el 0,04% opera con gas natural.

Debido a que estos vehículos sobrepasaron con creces su vida útil, actualmente se adelanta el proceso licitatorio para la compra de nuevos buses para las Fases I y II del Sistema Transmilenio. Como parte de los pre-pliegos se determinó que la nueva flota esté compuesta por 1.383 buses, de los cuales 925 serán biarticulados y 458 articulados, vehículos que deben cumplir la Norma Euro V o superior, pero no determina un número o porcentaje obligatorio para la inclusión de buses 100% eléctricos. Es relevante mencionar que las Normas Euro fueron reglamentadas a partir de 1992 por la Comisión Europea y establecen los requisitos para que tanto vehículos pesados como ligeros reduzcan sus emisiones y generen menos impactos ambientales.

En el caso particular de la Norma Euro V que reemplazó a la Euro IV fue aprobada por el Parlamento Europeo desde el 22 de mayo de 2007 pero entró en vigencia a partir del año 2009, es más restrictiva respecto a “la optimización de la combustión y la calibración del motor, en donde los niveles de Nox (óxidos de nitrógeno) y MP (material particulado) se reducen para cumplir la norma como lo afirma Andrés Baraya Rubiano en la Revista Motor del 28 de julio de 2017. Pese a ello, en la actualidad es la Norma Euro VI  la que rige el mercado desde su aprobación en septiembre de 2014, donde se reducen drásticamente los niveles permitidos de emisiones de gases contaminantes y además  obliga a los fabricantes incluir filtros de partículas en los motores diesel.

La administración distrital muestra como “novedosa” la inclusión en los pre-pliegos para la adquisición de los nuevos buses de Transmilenio una tecnología que fue aprobada hace nueve años, dejando de lado los costos sociales y ambientales que traería consigo la implementación de una flota que seguirá contaminando las calles de nuestra ciudad. Desde 2013 el diesel que se distribuye en Colombia contiene 50 ppm (partes por millón) de SO2 (dióxido de azufre) de acuerdo con la Resolución 2604 de 2009, pese a ello, para que las nuevas tecnologías de motores diesel se ajusten a las exigencias de emisión de las Normas Euro V y VI deben tener un ultra bajo contenido de azufre (menos de 10 ppm), así se reduce la producción de contaminantes, se mejora la combustión y se disminuyen los costos de mantenimiento de los vehículos.

En el marco del Congreso Internacional Movilidad y Transporte que se realizó en Corferias del 4 al 6 de abril de 2018, el Alcalde Mayor Enrique Peñalosa mostró una vez más su desinterés en incluir tecnologías limpias como parte de esta licitación, pues afirmó que “las ciudades más avanzadas del mundo como Londres, Nueva York o como Madrid, utilizan buses con motores diesel, por qué todavía el tema de los buses eléctricos no está totalmente inventado”, mencionó además que “[…] tiene costos más altos, entonces nosotros no podemos aumentar la tarifa de los ciudadanos por tener un bus eléctrico”. Ante estas afirmaciones es relevante mencionar que son precisamente las grandes ciudades las que cada vez más se suman al cambio de tecnología en las flotas de sus buses por bajas y/o cero emisiones.

Son muchos los ejemplos a nivel mundial que contradicen las palabras de Peñalosa, por ejemplo,  la mega ciudad de Shenzhen en China que tiene más de 12 millones de habitantes, en la actualidad cuenta con 16.359 buses 100% eléctricos, lo que ha significado un ahorro del 72,9% de energía en comparación con los buses diesel y una reducción en las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) en 1,35 millones de toneladas anuales. A finales del año pasado, por iniciativa de su alcaldesa, París se sumó a las restricciones que se han implementado en otras capitales, en 2024 no podrán circular vehículos diesel por sus calles, además a partir de 2040 estará prohibida en Francia la venta de vehículos con motores diesel y a gasolina, mientras que el Reino Unido es aún más restrictivo, puesto que para esa fecha también prohibirá la circulación de vehículos híbridos.   

Por su parte, en Alemania para 2030 todos los vehículos nuevos deben ser eléctricos, en este momento cerca de 175.000 de los vehículos que circulan en este país son híbridos o eléctricos. En Noruega el 24% de sus automotores ya son eléctricos y para 2025 no podrán venderse con motores a gasolina o diesel. Holanda, por su parte, se ha puesto la meta de cero emisiones para 2030 y continuará incrementando la infraestructura para bicicletas. En un entorno más cercano al nuestro se encuentra la ciudad de Medellín, allí la empresa Metroplús S.A. junto con EPM, Metro y la Alcaldía, pusieron en funcionamiento el primer bus 100% eléctrico, además buscan la renovación de toda la flota de articulados de Metroplús para que funcione con electricidad.

En este caso de Bogotá y de la nueva licitación prima el costo de los buses sobre los costos de atención en salud que se derivan de la morbilidad y mortalidad asociada a la contaminación. Se ha demostrado que contar con un aire más limpio en la ciudad reduciría considerablemente la ocurrencia de enfermedades respiratorias y circulatorias, principalmente en los grupos sensibles como niños, mujeres en embarazo y adultos mayores. Investigadores del Grupo de Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia en el año 2014 mencionaron que descontaminar el aire en Bogotá con las metas propuestas en el Plan Decenal de Descontaminación del Aire para 2020 traería beneficios económicos de “aproximadamente 180 mil millones  de pesos  en los costos de enfermedad y más de 21,5 billones de pesos en mortalidad”, así como la reducción de unas 13.000 muertes en mayores de 30 años, así como 12.000 hospitalizaciones por causas respiratorias en menores de 5 años.

Varias de las empresas que comercializan buses en Colombia ya fabrican híbridos eléctricos y totalmente eléctricos, por ello, no es descabellado pensar que una ciudad como Bogotá debería seguir el camino de las energías limpias. Las ventajas ambientales que trae este tipo de tecnología son un argumento más que sólido para promover su implementación, el consumo de energía en este tipo de vehículos es aproximadamente 80% menor al ser comparado con los buses diesel. Son cero emisiones, esto quiere decir que no emiten ningún tipo de contaminante atmosférico, otra de sus características es que no producen ruido y también son silenciosos en su interior, lo que significa grandes beneficios para los vecinos de las troncales y una reducción considerable en los costos por atención en salud.  

Por lo tanto, el Concejal Nieves Herrera requiere que se modifiquen los pliegos de la licitación y se dé prioridad a la compra de buses que sean 100% eléctricos, de acuerdo con la solicitud efectuada en abril del presente año por un grupo de ciudadanos y de expertos ambientales (entre ellos, varios Ex Ministros de Ambiente) a la Alcaldía Mayor y a la gerencia de Transmilenio, donde se expresa que al menos el 50% de la flota a renovarse debe operar con tecnologías limpias. Son suficientes las razones expuestas anteriormente para que como ciudadanos exijamos que Transmilenio mejore nuestra salud y por ende nuestra calidad de vida.

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