El Concejal Juan Manuel Díaz realizó un fuerte pronunciamiento sobre las cifras de trastornos mentales y suicidios entre los cuidadores mayores en Bogotá. Según el reciente informe de Medicina Legal, en los primeros dos meses de este año, 115 personas mayores se quitaron la vida, representando un 25% del total de suicidios. Este hecho evidencia una realidad que no podemos ignorar más.
El cabildante asegura que es momento de enfrentar esta situación de frente, visibilizar los datos actuales y tomar medidas concretas para las y los cuidadores. Los números no mienten: el 13,5% de los hogares colombianos tienen una persona con discapacidad, de las cuales el 73% pertenecen a estratos sociales bajos. Además, el 29,1% de los cuidadores mayores se ven obligados a abandonar sus empleos para dedicarse al cuidado de sus familiares, siendo el 82,1% de ellos mujeres, según el DANE.
En Bogotá, la situación es igualmente preocupante. De los 6.000 cuidadores registrados, la mayoría son de estratos 1 y 2, y el 90,58% son mujeres. Las localidades más afectadas son Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar, San Cristóbal y Suba, donde la carga del cuidado recae desproporcionadamente en las personas más de condiciones más vulnerables.
Distintos estudios han reportado efectos negativos en la salud física y mental de las personas cuidadoras, debido al grado de dependencia de la persona con discapacidad; por la carga física y emocional reflejándose en episodios de ansiedad, insomnio crónico, depresión, un nivel alto de frustración, estrés y negación, entre otros.
Con lo anterior el Concejal del Nuevo Liberalismo evidenció la difícil realidad que tienen que enfrentar las personas cuidadoras como Jacqueline Manosalva, una madre de dos hijos con necesidades especiales, que ha experimentado desalojos y discriminación debido a las dificultades que enfrenta diariamente debido a la falta de oferta institucional pero sobre todo de empatia por parte de la ciudadanía.
“Es muy difícil, de todo lado me han sacan, dado a que mi hijo grita en diferentes horas del día, hay momentos en los que no lo puedo controlar, me siento impotene al estar tocando puertas y que nadie me ponga cuidado, actualmente sufro de ansiedad y depresión, tantos años con esa lucha con mi hijo y tanta discriminación por parte de las personas” Manifestó Jacqueline.
Es necesario reconocer esta realidad y ofrecer apoyo que aborde tanto las necesidades físicas como las emocionales y psicológicas de estos cuidadores. Desde el ámbito legislativo hasta el ejecutivo, es vital impulsar políticas públicas que reconozcan y valoren su trabajo, garantizando que reciban el apoyo necesario para su bienestar físico, emocional y económico.
“¿Qué podemos hacer para que estos cuidadores tengan mayores ofertas? de la Institucionalidad, del Distrito, de la Secretaría, de qué manera podemos acercarnos porque, definitivamente las personas cuidadoras están llevando un desgaste muy grande, un desgaste, que inclusive está afectando su salud mental.” Afirmó el Cabildante.
Frente a esta situación el concejal de Bogotá, propone una serie de medidas concretas, como el fortalecimiento de programas de empleo, emprendimiento y habitabilidad para las personas en discapacidad y sus cuidadores. Además, del trabajo que se debe realizar en la eliminación de barreras de discriminación para promover la solidaridad ciudadana con este sector poblacional.
El cuidado no es solo una responsabilidad individual, sino colectiva, para poder construir una Bogotá que sea más empática, que proteja y valore a aquellos que dedican sus vidas al cuidado de otros. Es hora de reconocer esta gran labor que convierte a millones de personas en héroes invisibles, que merecen un apoyo interinstitucional que les permita propiciar espacios que contribuyan a su salud socioemocional, que puedan ser económicamente productivos para acceder no solo a una vivienda digna, sino sobre todo a una vivienda propia.