De manera unánime y luego de 8 horas de debate, el Concejo de Bogotá rechazó los argumentos de la alcaldía y ratifica el mandato que establece que a partir del año 2022 el Distrito deberá comprar buses que utilicen fuentes de energía diferentes a las fuentes fósiles. El acuerdo será sancionado y el concejo se comprometió a trabajar en un nuevo acuerdo que brinde herramientas a la alcaldía para que puede cumplir con el mandato.
El 9 de noviembre luego de dos debates, el Concejo de Bogotá aprobó el acuerdo 256 de 2020, de autoría de la concejal Susana Muhamad, mediante el cual se declara la emergencia ambiental en Bogotá y se establecen algunos mandatos como el que establece que a partir del 2022 el Distrito no podrá adquirir buses para el transporte público que utilicen combustibles fósiles.
Cuando el acuerdo llegó a la oficina de la Alcaldesa Claudia López para que fuera firmado y sancionado, este mandato fue rechazado por razones económicas y fue devuelto al Concejo. Según la administración distrital la adquisición de una flota de estas características implicaría costos adicionales.
El Concejo de Bogotá estudió los argumentos que estableció la alcaldía para rechazar el acuerdo y el día de hoy sometió a votación la aceptación o no de dichas objeciones. 42 concejales de la ciudad rechazaron las objeciones de la alcaldía; esto quiere decir que las razones por las cuales la alcaldía devolvió la iniciativa no son suficientemente válidas. La Alcaldía deberá cumplir con el mandato del cabildo.
La adquisición de más de mil buses de tecnologías limpias la no solamente beneficia la salud de millones de personas que viven en la ciudad, también contribuye a cumplir los principios universales para mejorar la calidad del aire y frenar el calentamiento global.