La clase fue dictada en el Eje Ambiental por donde circula canalizado el Río San Francisco o Río Vicachá que, durante la época prehispánica y de La Colonia fue eje del desarrollo económico, industrial y agrícola de la capital. La ley 10 de 1915 ordenó su canalización, a finales de los 90 el sector tuvo una renovación con el proyecto Eje ambiental diseñado por los arquitectos Rogelio Salmona y Louis Kopec.
En su clase, el Profe Celio destacó el impacto negativo que tendría en el agua y el ecosistema de la Estructura Ecológica Principal a causa de las políticas públicas de Peñalosa, en casos específicos como el proyecto del sendero de Las Mariposas, “al construirlo se afectarán negativamente 59 fuentes hídricas que vienen de los cerros”, y agregó que “ hay otros como el Parque El Rocío y Tominé donde se van a hacer desarrollos urbanos que incluyen restaurantes, parqueaderos, hoteles y zonas duras que afectarán el agua que desde esos embalses se le suministra a la ciudad”.
De igual manera, recalcó que “la Organización de Naciones Unidas (ONU) señala que el agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, a la salud humana y al medio ambiente. En 2010 reconocieron el derecho al agua potable y el saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos. En Colombia, la Corte Constitucional también reconoce el agua como un derecho fundamental, según la sentencia T223/18, con énfasis en 3 elementos: disponibilidad, accesibilidad y calidad.”
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