Argumenta la Secretaría que el proyecto pretende reglamentar el artículo 133 de la ley 115 de 1994, situación que aclara el mismo proyecto cuando pone de presente que el Distrito puede de acuerdo con la ley 715 de 2001 que le da plenas facultades y competencias a la entidad territorial para ejecutar su presupuesto en educación.
Todo parece indicar que la Secretaría de Educación teme gastarse $395 millones de pesos al año en un programa muy útil en la calidad educativa en tanto que el año sabático se entiende como un período de doce meses consecutivos en los cuales una persona se libera voluntariamente de sus actividades laborales o académicas con el fin de dedicarse a otras personales como viajar, descansar, disfrutar de la familia o desarrollar una actividad personal de innovación o investigativa.
El año sabático debe entenderse también como un periodo de alimentación intelectual para el catedrático o investigador. Durante un año podrá (y deberá) ampliar sus conocimientos. Es regenerarse, salir de lo habitual con su carga de repeticiones y hacer aquello que dentro de los límites impuestos por la Institucionalidad no es posible realizar. Abrirse a nuevos horizontes, así lo manifestó el cabildante.
El llamado a la Secretaría por parte del Concejal Nieves Herrera, es para que desde la sensatez, acompañe este proyecto de acuerdo, además de estar sustentado legalmente, presenta un gasto tan simbólico y mínimo, que puede ser atendido por la Secretaría de Educación del Distrito sin poner en riesgo absolutamente ningún rubro y llevándonos a desarrollar un proyecto de calidad educativa de gran impacto en la ciudad que puede ayudar significativamente en el camino de disminuir la brecha educativa de la ciudad.
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Catalina Aramendez Soler
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