El Humedal Córdoba, es un área protegida que hace parte de la Estructura Ecológica Principal del Distrito Capital. Además, cuenta con la máxima certificación ambiental a nivel mundial (RAMSAR) por poseer la mayor cantidad de especies de aves en Bogotá, con más de 150 especies registradas.
Es uno de los humedales mejor conservados gracias a la apropiación y protección de la comunidad vecina, quienes conformaron un equipo interdisciplinario que, tras instaurar una acción popular en el año 2000 contra la Alcaldía de Peñalosa, lograron frenar el proyecto de ciclorrutas en Córdoba. Ahora, gracias a este fallo, no se puede adelantar obras sin el aval de la comunidad y sin que estén dentro de los programas incluidos en el Plan de manejo ambiental, lo que significa que deben estar netamente enfocadas en su recuperación.
En relación con el Plan de Manejo Ambiental, en 2009 se iniciaron obras en el Córdoba con la inyección de aguas limpias de los cerros orientales a través de la Quebrada Santa Barbara. La segunda obra fue la creación del hábitat acuático por medio de dragados. La tercera obra contempló los cerramientos en los limites con las avenidas para evitar el arrojo de escombros y la cuarta obra fue el establecimiento de un plan piloto en el barrio Niza para la eliminación de las conexiones erradas que deterioran la calidad hídrica del humedal. A pesar de que este último busca eliminar uno de los mayores problemas que afectan el ecosistema, desde el 2010 La Empresa de Acueducto y Alcantarillado no ha continuado con el proyecto para otros sectores del humedal.
Para el 2012 el Acueducto citó a los miembros del equipo interdisciplinario del humedal para dar a conocer un nuevo proyecto de paisajismo basado en senderos que no fueran realizados con cemento. En un acuerdo con la comunidad se concluyó que el mejor modelo para algunas zonas eran los senderos elevados. Sin embargo, la comunidad insistió en que el proyecto prioritario era el relacionado con la mejora de la calidad del agua, ya que la contaminación del cuerpo hídrico era cada vez mayor por la falta de corrección de las conexiones erradas.
La comunidad continuó su veeduría rigurosa durante el segundo periodo de Peñalosa para evitar que se endurecieran los senderos y en 2019 quedó contratado el proyecto y dividido en 2: los senderos 1 y 3 los realizaría un contratista y el sendero 2 lo culminaría otra consultora incluyendo un aula ambiental.
Con todo eso y a pesar de contar con los proyectos contratados por parte de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado las obras para la construcción del sendero se suspendieron a la espera del pronunciamiento de la Secretaría Distrital de Ambiente sobre la solicitud del permiso de ocupación del cauce que se encuentra en trámite desde el 2019. A pesar de los ajustes realizados por parte de la comunidad, la EEAB, la Secretaría de Ambiente, los defensores del Humedal y contratistas aún no hay acto administrativo que permita dar continuación de los proyectos, puesto que los contratistas continuaron las obras sin realizar los ajustes y por lo tanto incurrieron en incumplimientos al no esperar el acto administrativo de la Secretaría que otorgue la viabilidad técnica y jurídica.
A la fecha la obra sigue suspendida y las empresas contratistas dejaron material cubierto con lonas a las afueras del humedal, huecos abiertos de las bases de las plataformas que se presta para la contaminación del suelo y el vandalismo. La comunidad se encuentra preocupada y desconcertada al no conocer el camino de las obras. Por este motivo citaron el pasado 13 de julio a una Audiencia con la Personería Distrital, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado y la Secretaría de Ambiente para conocer el seguimiento de este proyecto, evento que fue cancelado por parte de las entidades del Distrito.
En vista de la situación tan preocupante el concejal Celio Nieves Herrera solicita a las entidades Distritales concertar con urgencia la realización de esta Audiencia que permita aclarar la situación y el futuro de las obras en el humedal.