El Metro de Bogotá se ha convertido en un capricho del Presidente y de paso ha sacado a la luz sus verdaderas intenciones.
El gobierno del presidente Gustavo Petro está tomando decisiones mezquinas y caprichosas para Bogotá. El hecho de amenazar a toda una ciudad con la suspensión del 70% de los proyectos que financia la nación si no se hace la primera línea del Metro subterránea, ha sido un acto de un presidente con ínfulas de dictador.
Los bogotanos llevan más de 60 años esperando el Metro, pero entre discusiones y promesas han retrasado un proyecto que pareciera que no tiene cuándo terminar. Durante años se ha hablado de la posibilidad de hacer un Metro elevado o subterráneo y cada uno de los alcaldes que han llegado a administrar la ciudad han prometido cosas diferentes, lejos de entender que los bogotanos estamos cansados de la pésima movilidad y que lo único que nos interesa es poder tener un medio de transporte efectivo y rápido en beneficio de la capital.
Y es que es imposible ver con buenos ojos lo que el presidente Petro está pretendiendo hacer con el proyecto más importante de los bogotanos. Frenar de esta manera esta importante obra, y condicionarlo para que sea hecho a su medida, dejará a la ciudad con múltiples problemas jurídicos y contractuales que seguramente entorpecerán indefinidamente este megaproyecto.
Lo que sí resulta claro es que el presidente de los colombianos olvida que este ya no es un proyecto, o un plan venidero para la ciudad. Estamos hablando de un contrato firmado, financiado y en ejecución, por tanto, la única discusión debería ser sobre la extensión de la primera línea, o la financiación de la tercera. Pese a lo anterior, lo único que encontramos es que el Presidente de la República busca detener e imponerse como un dictador ante sus caprichos.
Si nos apartamos de la discusión sobre la construcción del Metro para los bogotanos, se hace cada vez más evidente el nefasto mandato por el que pasa el país. Tenemos un Ministro de Transporte que chantajea, un Secretario General del Departamento de Prosperidad Social acusado por corrupción, un Director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE), investigado por acoso sexual, una Ministra de Minas acabando el sector energético del país. Así mismo no hay que olvidar que la Directora del ICBF no tiene experiencia con niños; el Ministro de Defensa con orden de captura de la Fiscalía de Guatemala por corrupción y dos viceministras ya han pasado su carta de renuncia. ¡Vaya cambio el que nos esperaba a los colombianos!
En tan solo cuatro meses el costo de vida ha aumentado drásticamente, el dólar sigue disparado y ni hablar de los combustibles: el galón de gasolina corriente ya bordea los 11 mil pesos, nada extraño que la aprobación del presidente Gustavo Petro en la última encuesta haya bajado y que un porcentaje de sus electores se sientan defraudados y hasta arrepentidos de haber creído en el supuesto Gobierno del cambio.