Según boletines emitidos por el IDEAM en ese momento el Altiplano Cundiboyacense se encontraba en alerta amarilla por decesos significativos en las temperaturas del aire en horas de la madrugada, lo que se traduce en heladas en la mañana, y un incremento en la temperatura y la radiación solar en el resto del día. Como consecuencia de este fenómeno, durante el 12, 13 y 14 de marzo Bogotá presentó una temperatura cercana a los 23°C, muy por encima del promedio que se considera normal para la ciudad, adicionalmente, los índices de radiación ultra violeta (UV) fueron de 17,6 a 18,2 catalogados como extremadamente altos. Bajo estas condiciones y la escasa profundidad del lago de este parque, es muy probable que se haya presentado un incremento considerable en la temperatura del agua y con ello un proceso de evaporación que redujo los porcentajes de oxígeno disuelto en el agua a un nivel que no soportaron los peces.
Esta situación pone en evidencia la fragilidad de la fauna ante la fluctuación de la temperatura como consecuencia del cambio climático, aunque las carpas son una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas en el mundo de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza - UICN, no soportaron estas condiciones extremas que se derivan de la falta de cobertura arbórea y la ausencia de acciones encaminadas a la adaptación y mitigación del cambio climático en la ciudad. Aun así, la administración Peñalosa se empeña en acabar con los atributos de la estructura ecológica principal, pues busca intervenir los humedales y los Cerros Orientales con obras duras, no reconoce la importancia de la reserva Thomas van der Hammen como corredor biológico y pretende urbanizar en zonas de alto riesgo en el margen del río Bogotá.
Es así como el pasado 18 de marzo, el Concejal Nieves Herrera realizó una visita al Parque de Los Novios donde comprobó que aún se estaban presentando muertes de carpas, aunque se observó que con varias motobombas se realiza la recirculación de agua para incrementar los niveles de oxígeno, preocupó además la presencia de carro-tanques de propiedad de la Empresa de Acueducto vertiendo agua potable directamente al lago, cuando es de suponerse que este tipo de agua que es tratada mediante un proceso de filtrado, cloración y alcalinización, está destinada sólo para consumo humano, pues se utiliza para beber y en la preparación de alimentos. Al respecto vale la pena preguntar al Instituto Distrital de Recreación y Deporte – IDRD si realmente se justifica esta acción, teniendo en cuenta además que el Acueducto cobra por este servicio y que hasta el momento se desconoce el volumen de agua que será finalmente vertida. El Concejal manifiesta que también requerirá a la Secretaría Distrital de Ambiente – SDA para que explique la causa real que originó esta emergencia y las medidas que tomará para evitar que se repita.
