El compromiso social y el papel académico de nosotros los educadores y educadoras tienen un invaluable e inocultable valor histórico, que nosotros mismos y la sociedad debe reconocer.
En este tiempo, también tenemos reivindicaciones que no podemos abandonar, como: el mejor reconocimiento profesional y económico pues los salarios del magisterio colombiano son inmensamente menores a los de los demás profesionales con igual formación y experiencia, la estabilidad laboral y nuestra autonomía cultural en las aulas, con una escuela que no esté hacinada, con unos altísimos parámetros de alumnos por maestro, con altísimos parámetros para rectores, coordinadores y orientadores por institución, sin profesores de artes, de Educación Física, con una sobrecarga laboral en las horas de trabajo que no permiten una labor más efectiva y comprometida. Si no resolvemos temas como éstos resultará inocuo todo esfuerzo que se haga para mejorar calidad de la educación.
Felicitaciones por lo que hacemos, un gran abrazo y mucho optimismo que con nuestras razones, nuestra unidad y nuestra fuerza saldremos ADElante!!!