En el marco de la Sesión Plenaria Extraordinaria del Concejo de Bogotá, la concejala Ana Teresa Bernal, integrante del Pacto Histórico, participó activamente en el debate de control político sobre el uso de patios, grúas y la imposición de fotomultas en la ciudad. Bernal enfatizó en la importancia de la cultura ciudadana como herramienta fundamental para la protección de la vida en las vías de Bogotá, considerando que estas medidas deberían enfocarse en salvar vidas más que en ser instrumentos de recaudo.
De acuerdo con el Plan Distrital de Seguridad Vial 2017-2026, la accidentalidad vial es un problema que ha alcanzado dimensiones globales, cobrándose anualmente 1,25 millones de vidas, la mayoría en países de ingresos medios y bajos. Bogotá no es la excepción, ya que en la última década el número de víctimas fatales en accidentes de tránsito ha oscilado entre 500 y 600 personas al año. Ante esta cifra alarmante, Bernal cuestionó la eficacia de las medidas actuales y se preguntó: “¿En qué estamos fallando?”
La concejala subrayó que la adopción de fotomultas y cámaras salvavidas en la ciudad tiene como objetivo principal la reducción de los siniestros de tránsito, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible que buscan ciudades más seguras y sostenibles. "La vida es sagrada, y nosotros también consideramos que la velocidad mata", afirmó. Sin embargo, Bernal hizo énfasis en que las cifras de siniestros viales no han disminuido sustancialmente, a pesar de las acciones disuasivas implementadas.
Resultados y dudas en torno a la eficacia de las fotomultas
De acuerdo con los datos entregados por la Administración Distrital, entre 2020 y 2023 se han impuesto 1.629.860 comparendos en la ciudad, de los cuales 633.482 fueron pagados. “Esta brecha entre el número de comparendos impuestos y los pagos realizados revela que la medida puede no estar logrando el cambio de comportamiento esperado en la ciudadanía”, comentó la concejala. Asimismo, Bernal cuestionó los resultados reportados en cuanto al número de vidas salvadas, pues la Administración informó que desde la implementación de los límites de velocidad en 12 corredores viales se han salvado alrededor de 200 vidas. No obstante, persisten dudas sobre la situación en otros corredores y el impacto real de la medida.
Percepciones Ciudadanas: ¿Recaudo o Protección Vial?
Bernal destacó la creciente insatisfacción de los ciudadanos, quienes perciben las fotomultas como una estrategia de recaudo más que como una medida de seguridad vial. En un sondeo reciente, palabras como “injusticia”, “abuso” y “arbitrariedad” fueron comunes en las opiniones de los conductores bogotanos, muchos de los cuales dependen de sus vehículos como fuente de ingresos. La concejala también hizo referencia a la falta de transparencia en los márgenes de tolerancia de velocidad aplicados a las cámaras, afirmando que “la mayoría de las notificaciones de comparendo se emiten por velocidades menores a 58 km/h, afectando a trabajadores cuyo sustento depende del uso de sus vehículos”.
Propuestas para una Cultura Ciudadana de Movilidad Segura
Si bien la concejala dejó claro que no busca promover el incumplimiento de las normas de tránsito, sí resaltó la necesidad de reevaluar las políticas actuales y de priorizar una educación vial sólida que fomente una verdadera cultura ciudadana. “Es necesario invertir en una estrategia integral de cultura ciudadana que no solo se enfoque en sanciones, sino en campañas de concientización y educación sobre los peligros de exceder los límites de velocidad y la importancia de respetarlos”, subrayó Bernal.
Para lograr este objetivo, la concejala propuso una serie de recomendaciones orientadas a fortalecer una cultura de seguridad vial en Bogotá:
1. Educación y pedagogía: Realizar campañas de sensibilización sobre los riesgos de la velocidad excesiva y la importancia de cumplir con los límites de velocidad.
2. Participación ciudadana: Involucrar a la comunidad en la creación de normas de tránsito seguras y en la promoción de prácticas responsables en la vía. “La ciudadanía merece ser partícipe, no solo destinataria de sanciones”, añadió Bernal.
3. Movilidad empática: Promover una cultura de empatía en la movilidad urbana, donde los conductores vean a los otros usuarios de la vía como personas y no como obstáculos.
4. Infraestructura segura: Realizar mejoras en la infraestructura vial para facilitar una movilidad segura, incluyendo reductores de velocidad y zonas peatonales en áreas de alta accidentalidad.
Ana Teresa Bernal hizo un llamado a la Administración Distrital para priorizar un enfoque en la educación y la construcción de una cultura de respeto en la movilidad. “La ciudad la construimos todos, y juntos podemos hacer de Bogotá un lugar seguro para todos. La base de la convivencia está en la educación y el respeto, no solo en las sanciones”, concluyó. Con esta visión, Bernal reafirma su compromiso con una Bogotá más justa y segura, donde la vida de cada ciudadano sea prioridad sobre cualquier otro interés.
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