Ya son muchos los casos que reportamos a diario sobre graves casos de presunta corrupción tanto en Comisarías de Familia, así como en el Instituto de Bienestar Familiar de Bogotá y Medellín. A raíz de decisiones arbitrarias, las mujeres pierden abruptamente a sus hijos, muchos de ellos con apenas meses de vida, incluso en etapa lactante, sin que exista hasta el momento control alguno.
Lo más indignante, como ellas lo mencionan, es que este tipo de decisiones se toman sin tener en cuenta denuncias previas que se hicieron por violencia intrafamiliar en contra de exparejas y aún así resuelven favorecer al agresor con la custodia de los menores, como es el caso de Emiliana Yepes, quién denuncia negligencia por parte de estas entidades.
“Me quitaron a mi hijo lactante hace un año y tres meses de manera arbitraria en una comisaría en Medellín, sabiendo que siete meses antes, yo había denunciado a mi expareja por violencia intrafamiliar en Bogotá. Pese a esto, él me contra denuncio, y de víctima me convertí en victimaria, interpuesto una denuncia ante la Fiscalía General de la Nación, y la Comisaría de Familia de Usaquén donde jamás se me citó a una audiencia y solamente supe que me habían citado para notificarme de un fallo que me condenaba por violencia intrafamiliar y para interponer los recursos de ley”.
“Llevo un año dando vueltas y ninguna entidad ha querido abocar conocimiento, no se quieren ensuciar las manos, siento que ya no puedo más, mi bebé me necesita llora y grita cuando me voy, lo puedo ver cada dos meses en un salón de la unidad de él con vigilancia. Colombia está en emergencia por violencia de género, además ser víctima de violencia vicaria es estar en riesgo extremo de feminicidio”. Asegura Emiliana.
A parte de la violencia vicaria, estas mujeres también son víctimas de Violencia Institucional, ya que una vez acuden a las Comisarias de Familia en búsqueda de justicia, lo que encuentran es un trato irrespetuoso y poco humanizado por parte de sus funcionarios.
Otro de los reprochables casos es el de Martha, una víctima más de Violencia Vicaria por presuntos casos de corrupción en Comisarías de Familia. La custodia de su nieta le fue otorgada al padre, quien, según ella, nunca se interesó por la niña, hasta que se enteró de una pensión que dejó su madre antes de morir. Todo por un dudoso procedimiento del ICBF seccional Usme.
Según Martha, el proceso de asignación de custodia ha sido bastante irregular y arbitrario, convirtiéndose también en víctima de violencia institucional ya que, según los funcionarios, ser abuela de la menor, no significa nada para que ella pueda asumir su custodia.
Como Concejal de Bogotá, hago un llamado contundente a las autoridades para que revisen minuciosamente el proceder de estas entidades, pues, al parecer han olvidado que debe primar el bienestar de los menores. Una injusticia, no es única y exclusivamente cuestión de género. Existe una violación, en este caso, a los derechos de un niño, una madre, una mujer.
Concejal de Bogotá
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