Igualmente, se refirió a que la escuela colombiana requiere un cambio profundo positivo, con más dignidad, más academia, mejor trato a los docentes y más presupuesto.
En el mismo sentido, el cabildante recordó que desde 1.968 se le hizo muy grave daño a la escuela popular, cuando se redujo la jornada, se abandonó la calidad y se le dio un mal trato a los docentes. Y en consecuencia, a esta escuela mutilada hay que también devolverle las artes, la expresión artística, el teatro, la música y el canto. Especialmente en las niñas y niños más pequeños desde el Preescolar que son los que más deben recibir atención y estímulos para su desarrollo.
ÁLVARO ARGOTE M.
Concejal de Bogotá PDA