No puede ser una excusa que estas rejillas sean hurtadas por los habitantes de la calle, cuando son hechas en hierro colado. Se deben reparar o instalar independientemente del material en que sean fabricadas.
El estado de deterioro o falta de las rejillas de estos sumideros, generan accidentes constantes principalmente a los ciclistas que deben transitar por estas calles, pero también a peatones o motociclistas, ocasionando lesiones o daños físicos que atenta contra su integridad. Cientos de miles de accidentes que sufren estas personas quedan en la impunidad, ya que no cuentan con los recursos para contratar un abogado y reclamar ante el Distrito Capital o ante la jurisdicción contencioso administrativa, a efecto de obterner el resarcimiento de los perjuicios ocasionados.
En caso de que los hechos sean reclamados por los afectados, se interpondrían cuantiosas demandas en contra de la ciudad, con cargo a los recursos públicos de todos los capitalinos.