Como pasa en ese sistema de transporte de buses articulados y en el SITP, también en los distintos sectores de la Administración, ha decidido privilegiar los intereses de un puñado de grandes negociantes, quienes se enriquecen a costa de las rentas que la Alcaldía pone a su disposición y cuya fuente de enriquecimiento son los ya muy reducidos ingresos de la mayoría de los bogotanos.
Mi actividad este semestre en el Concejo, dentro y fuera del recinto, se ha concentrado en confrontar a diario tan reaccionaria política, destacando las siguientes tareas centrales:
1- La defensa de la ETB como patrimonio público de la ciudad. En el Concejo puse en evidencia las mentiras con las que Peñalosa intentó justificar la privatización y denuncié ante la Procuraduría las maniobras del Presidente de ETB, Jorge Castellanos, para marchitar la empresa. Lo más importante fue la ejemplar movilización ciudadana que, mediante marchas, “cacerolazos” y plantones en el Concejo, demostraron la indignación que esta nueva intentona de feriar el patrimonio de Bogotá ha generado entre la ciudadanía. Acompañé con firmeza y convicción esas protestas pacíficas.
2- En el debate que realicé en el Concejo sobre Transmilenio, demostré que este sistema es un excelente negocio para diez grupos empresariales y los bancos que los financian, quienes se lucran con sobrecostos superiores a los $140 mil millones anuales y con contratos leoninos que Peñalosa, quien los ideó desde el año 2000, no quiere modificar, y, antes bien, los descarga -con el alza de las tarifas- sobre los cuatro millones diarios de pasajeros del SITP.
3- Igualmente, denuncié que Peñalosa tiró a la basura los estudios del Metro subterráneo de 27 kilómetros y promovió vigencias futuras ilegales para construir, con desgano, un metro mediocre que, además de causarle un terrible daño urbanístico a la ciudad, funcione, como alimentador, subordinado a Transmilenio.
4- La lucha de trabajadores y usuarios contra la reforma a la salud de Peñalosa ha tenido mi pleno respaldo, participando en las movilizaciones y denunciando en el Concejo la decisión del Alcalde de institucionalizar el cierre de servicios en los hospitales públicos, en lugar de exigir el pago de las multimillonarias deudas de las EPS. En esa misma línea, el sistema de ambulancias, la compra de insumos médicos y la ilegal e injusta modalidad de contratación del 80% de los trabajadores, revelan que para Peñalosa lo prioritario no es el derecho a la vida de los pacientes y usuarios sino la rentabilidad de las inversiones en esta área.
5- Voté en contra del falsamente llamado “Plan Distrital de Desarrollo” porque allí se concretan todas estas y las demás políticas que refuerzan el “modelo Transmilenio”, en el cual el Distrito va a financiar los grandes negocios para magnates y compañías privadas con nuevos tributos que sumarán cerca de $5 billones. A este debe agregarse, el aumento exponencial del recaudo del impuesto predial y del de Industria y Comercio que alcanzarán, entre ambos en estos cuatro años, $11 billones de más. El nuevo aforo impositivo les sacará a los bogotanos, de 2016 a 2019, cerca de $18 billones adicionales.
6- Me opuse también de manera categórica a las muy equivocadas políticas de Peñalosa como la urbanización de la Reserva Van der Hammen; la masacre laboral en las entidades públicas; la imposición del mal remedo de jornada única en los colegios distritales; las renovaciones urbanas al servicio de los especuladores inmobiliarios como la del CAN; la privatización de los equipamientos culturales; el desprecio por el desarrollo económico y por la pequeña y mediana empresa, y la inaceptable determinación de acabar con los Mercados Campesinos.
Mi actividad en el Concejo no se ha limitado solo a debates dentro del recinto. He estado al lado de las justas movilizaciones de las mujeres, los trabajadores, campesinos, maestros, y estudiantes, y también de empresarios y de la ciudadanía de todos los estratos y sectores que con valor civil se han contrapuesto a la pésima gestión de Enrique Peñalosa. Como, hacia el futuro, esta, aunque parezca imposible, tenderá a empeorar, mi curul reforzará su disposición al servicio de los intereses de las mayorías y en la salvaguardia de sus derechos fundamentales.