“La Contraloría de Bogotá me informa que por la denuncia que hice de unos sobrecostos que se habían presentado en la compra de unas sillas para laboratorios de la nueva sede de la Universidad Distrital en Bosa; ellos investigaron todo el contrato e hicieron una auditoría de regularidad a la Universidad Distrital que muestra que hubo sobrecostos en la compra de sillas para salones”, indicó el cabildante.
Sobre el hallazgo, el órgano de control aseguró que “se observaron, entre otras, presuntas irregularidades en la compra de 25 sillas universitarias de fabricación nacional y variación de precios en bienes con las mismas características técnicas uniformes”.
De igual forma, reseñó que el valor promedio de una silla universitaria es de $ 239.908 y la UDFJC las adquirió por valor unitario de $ 1.005.550, generándose por el sobrecosto, un presunto detrimento patrimonial en cuantía de $ 19.141.050.
A su vez, especificó que también hubo un detrimento en un mayor valor pagado por mesones de $ 3.680.266, que sumado al de las sillas universitarias da un total de $ 22.821.316 “por variación de precios en bienes con las mismas características […], mayores valores pagados por deficiencias en el estudio de mercado, por prórrogas generadas por la falta de planeación, por deficiencias en la supervisión y por inoportuna y no publicación en el SECOP del contrato No. 2086 de 2017”.
Finalmente, la Contraloría ratificó que la universidad guardó silencio respecto de que en los estudios previos no se realizó estudio de mercado del ítem “sillas universitarias”, ni allegó estudio de mercado que permita inferir que el valor pagado por cada silla universitaria corresponda a $ 1.005.550.