Sumapaz es la localidad 20 de Bogotá que se ubica sobre la zona oriental de la cordillera de los Andes, la más larga del planeta a nivel continental y que atraviesa Colombia, allí se encuentra el páramo más grande del mundo que abarca 333.420 hectáreas. Este es un ecosistema nublado de alta montaña que alberga una gran cantidad de lagunas de origen glacial y está distribuido en 25 municipios de Cundinamarca, Meta y Huila.
La ubicación geográfica y la riqueza hídrica de este territorio, paradójicamente ha traído grandes dificultades a estas tierras Sumapaceñas y sus comunidades; este hermoso ecosistema ha sido víctima y epicentro de la violencia múltiple y sistemática que ha hostigado a la población colombiana como resultado de la guerra de las diferentes fuerzas armadas, reduciendo al Sumapaz a un escenario de disputa bélica y política entre clases políticas; terratenientes; empresas locales; transnacionales; bancos, instituciones estatales y proyectos extractivistas, de hidroeléctricas que se disputan el control sobre el páramo.
Por los hechos mencionados, la paz tiene para los sumapaceños un valor incalculable, lo cual ha motivado al fortalecimiento de las resistencias del campesinado, la firmeza de los saberes y las prácticas culturales de los sumapaceños les ha permitido a esta población resistir a las oleadas de violencia y el turismo desaforado y ser protagonistas de importantes logros como lo ha sido el reconocimiento de las 16 veredas como Zonas de Reserva Campesina y el reciente reconocimiento del campesinado como sujeto de derechos y de especial protección, logrando la garantía de sus derechos y la soberanía sobre su tierra.
La lucha histórica por la defensa de la paz y la vida en Sumapaz persiste, es preocupante que en los últimos meses una serie de actos de violencia en contra de los campesinos y unos comunicados de la dirección el frente 53 de las disidencias de las FARC, amenazan la tranquilidad de los Sumapaceños. El pasado 11 de abril en la vereda Lagunilla Carlos Julio Tautiva fue atacado y asesinado con armas de fuego, presuntamente por actores armados insurgentes. Carlos era un líder campesino y artista musical reconocido en su comunidad. Otro caso es el de Hernán Bello quien fue desaparecido el 7 de junio y encontrado muerto el 8 de junio, aún se desconoce la verdad de los sucesos que dieron lugar a este acontecimiento. Estos hechos son un reflejo del repliegue de las disidencias que ha ocasionado el incumplimiento de los acuerdos de paz firmados en el año 2016. Frente a estos eventos, la respuesta de la administración distrital ha sido incrementar la militarización del territorio, decisión que ha sido ampliamente rechazada por los y las sumapaceñas.
Estos acontecimientos motivaron la movilización “Por la vida, la paz y la defensa del territorio Sumapaceño” el pasado sábado 17 de junio que tuvo como epicentro el corregimiento San Juan de Sumapaz, a este encuentro asistieron comunidades de Sumapaz pero también localidades y municipios aledaños. Durante la jornada se realizó la lectura de un llamamiento que recoge las exigencias del campesinado, dentro de las cuales se encuentran el cumplimiento de los acuerdos de paz pactados en el año 2016; parar de manera contundente las acciones violentas en el territorio; el cese al fuego entre los actores armados y hacia la población civil; la desmilitarización del territorio por parte de todos los actores armados y consolidar a Sumapaz como un territorio de paz.
Las organizaciones y entidades participantes a la mencionada movilización convocaron a un Foro por la vida, la paz y la defensa del territorio sumapaceño, el 9 y 10 de septiembre del 2023, en el marco de la Semana por la Paz, precedido de los diálogos territoriales y/o cabildos que hallen compromiso vinculante de la institucionalidad local en un proceso de Paz Integral y/o Total.
Invito al gobierno distrital y nacional a escuchar las exigencias y las realidades de las comunidades de la localidad de Sumapaz, y a reconocer el páramo de Sumapaz como víctima del conflicto armado al cual se le deben brindar las garantías necesarias para conseguir la verdad, justicia, reparación y no repetición. Entendemos también que el agua debe ser el principio ordenador del territorio y de la vida, más aún, tratándose del Páramo más grande de la Tierra.
¡Sumapaz, territorio de paz! ¡Violencia, nunca más!
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