Los siguen matando de una manera vil y miserable; pese a los compromisos adquiridos por el Gobierno para la protección de los líderes sociales, la cifra de homicidios sigue en aumento y el esclarecimiento de sus crímenes esta por el camino de la impunidad, porque en la mayoría de los casos no se ha tenido una investigación a fondo para determinar los verdaderos responsables. Pese que las cifras varían, las instituciones coinciden que después de la firma de la paz con las FARC aumentaron los casos de homicidio contra los líderes sociales, y el Estado no ha hecho mucho; La Fiscalía informó recientemente que solo tiene conocimiento de 231 casos de líderes asesinados.
En lo que va del año, ya se cuentan 11 líderes sociales muertos. Maritza Ramírez Chaverra, es la última líder social asesinada en el país. Ella luchó durante 10 días por su vida en un hospital de Pasto después de ser torturada por varios crimínales en una vereda de Tumaco, Nariño. Maritza era la presidenta de la Junta de Acción Comunal de Aguas Claras, encargada de desarrollar los proyectos de sustitución de cultivos ilícitos en ese corregimiento. Lastimosamente, antes de ella asesinaron muchos líderes sociales todos ellos con un objetivo en común: la lucha por la paz en sus territorios.
Según el último reporte presentado por Indepaz, en coordinación con Marcha Patriótica y la Cumbre Agraria Campesina Étnica y Popular. El informe señala que durante los primeros 100 días de mandato del presidente Iván Duque se han registrado 120 asesinatos de líderes; el cabildante del partido Liberal expresa que es una cifra aterradora para todos los que pretenden defender los derechos humanos, proteger los recursos naturales o estar a favor de los más vulnerables. Porque es una clara amenaza a su integridad. El panorama de quienes luchan por La Paz en las comunidades es desmotivador.