Bogotá tiene la red de ciclo ruta más extensa del mundo. Se acaban de completar 500 km de vías exclusivas para bicicletas. Este sistema es pionero desde finales de la década de los 90 y hoy es motivo de orgullo.
“Construye ciclo rutas y crearas felicidad” decían en las redes sociales recientemente. Es absolutamente cierto, aquel ciudadano que comienza a usar frecuentemente su bici en una ciclo ruta, vive la vida y la ciudad de una forma diferente.
Bogotá tiene la máxima expresión de civismo, integración social y recreación con la ciclo vía de los domingos. Cada ocho días, más de 2 millones de bogotanos se vuelcan a las calles a montar en bici; hacen deporte o caminan en familia. Y es que esta actividad ha tenido un significado que para muchos ha perdurado en el tiempo; por ejemplo el haber aprendido a montar en bici de la mano de nuestros padres en una de las ciclo vías más cercana a nuestras casas; o que decir de las miles de parejas jóvenes que tuvieron sus primeras citas de conquista montando en cicla un domingo. Hoy este evento semanal de deporte e integración ha sido copiado por cientos de ciudades como por ejemplo Nueva York.
La capital no es solo infraestructura para ciclas, tal vez lo más destacado es la apropiación ciudadana de la cultura de la cicla. Cientos de colectivos de bici han surgido en las localidades de Bogotá. Participan activamente en las discusiones de las políticas públicas. Exigen medidas de seguridad, reclaman más parqueaderos. Recientemente las ciclo vías nocturnas son un festival donde cientos de miles de ciudadanos se toman la ciudad en plena noche y bajo las estrellas.
Pero ser la ciudad campeona de la bici también trae consigo varios retos: En primer lugar la accidentalidad. En solo el primer semestre de 2018 hubo 30 ciclistas muertos y más de 900 accidentes de tránsito. La seguridad vial y la protección de peatones y ciclistas deben tomar relevancia en la agenda pública y en la cultura ciudadana. La inseguridad, por atracos y robos a ciclistas es otro frente prioritario. El año pasado más de 3100 bicicletas fueron robadas. Cada tres horas es hurtada una bici en el Distrito Capital. Es necesario redoblar esfuerzos en la vigilancia de puntos críticos y en el desmantelamiento de las bandas dedicadas a estos delitos.
Para poder lograr la doble medalla de oro como capital mundial de la bici, Bogotá tiene que implementar con prioridad, un sistema público de bicis. Todas las grandes capitales del mundo ya tienen este tipo de esquemas. Cualquier ciudadano puede arrendar una bici en diferentes puntos de la ciudad y luego de transportarse la puede dejar en otro punto. Un sistema así incrementa el uso de la bici en la última milla, y motivaría a poblaciones como mujeres y ancianos.
La otra gran oportunidad para mantener el título de campeones de la bici, es liderar e innovar en la implantación de un nuevo esquema de bici taxis dentro del nuevo decreto expedido por el Gobierno Nacional.
Se estima que ya hay 8000 entre bici taxis y trici motores. Todos ellos actuando de forma ilegal. Es muy importante que el Distrito Capital inicie su proceso de legalización, vinculándolos al sistema de transporte público y capacitando a los jóvenes que los manejan. La Alcaldía y la gerencia de la bici están demoradas en definir los sitios y las rutas donde deben operar, deben establecer diseños bonitos, seguros, atractivos y sostenibles; por ejemplo con bici taxis eléctricos y de pedaleo asistido y de ninguna manera permitir bici taxis con motores a gasolina. Un sistema así seria ejemplo en el mundo y se crearía un servicio que la gente reclama, pero que debe ser seguro y formal.
Son múltiples las razones por las cuales con orgullo podemos decir que a sus 480 años, Bogotá es campeona mundial de la bici. Ahora a seguir pedaleando para mantener ese honroso título.
Diego Molano*
Concejal de Bogotá