Sin duda el balance arranca por destacar la reducción histórica de homicidios que al cierre del año iba en 13,3 casos por cada 100.000 habitantes, y ha seguido bajando en el 2019, cuando se ha ubicado por debajo de 13.
Innegable el avance en el tema de pobreza multidimensional, que mide las carencias de los hogares en asuntos como salud, educación y calidad de vivienda. La ciudad pasó de 5,4 a 4,4 por ciento entre el 2014 y el 2018. Esa baja implica que hogares que tenían problemas en acceso a servicios, salud y educación lograron en este gobierno mejorar en esos temas.
El informe muestra que ha sido exitosa la política de Visión Cero que implica que ninguna muerte en el tránsito es justificable y que todas son evitables. Y ha dado resultados. Del 2014 al 2018, los casos pasaron de 606 a 514.
El gobierno del alcalde Peñalosa sí le ha aportado a lo social. Lo demuestran temas como la reducción de 9,4 a 8,8 la mortalidad infantil, o la mortalidad en menores de 5 años que pasó de 11,2 a 10,2 casos.
También hay logros en educación, como lo demuestra el hecho de haber reducido de 2,5 a 1,6 por ciento entre el 2014 y el 2017 la deserción escolar. Eso significa que más de 10.000 niños que estaban por fuera del sistema escolar volvieran a estudiar. Y también mejoró la calidad, pues pasó de 11 a 26,7 el porcentaje de colegios oficiales ubicados en las categorías A y A+.
Salvar vidas en todos los frentes, mejorar las condiciones de las familias para que su hábitat y en particular su vivienda les mejores la calidad de vida, construir obras de infraestructura para mejorar la movilidad, los parques, los colegios, son más de 2.600 frentes han sido la prioridad.
Claro que Bogotá tiene desafíos por delante, pero es indudable que la ciudad retomó el rumbo tras la debacle de malas administraciones, tras el impacto del escándalo de corrupción más grave que ha tenido la ciudad y tras el desbarajuste en que el actual gobierno encontró todos los frentes.
Cómo dice el informe de Calidad de Vida, Bogotá muestra avances significativos en sus indicadores de política social y de infraestructura. Los hechos, y no las palabras, son la evidencia que los bogotanos tienen para juzgar los avances del actual gobierno.
Ha sido el resultado del trabajo incansable, de enfrentar la politiquería y las mentiras, de solucionar los problemas que crearon gobiernos pasados, de pasar por encima de las dificultades, y de pensar, con prioridad en la gente.
Concejal de Bogotá
