En el concejo de Bogotá rendimos un minuto de silencio por las víctimas y sus familias, pero eso aunque es un gesto de solidaridad no es suficiente. Para que hechos de esta naturaleza no se repitan, el conjunto de la sociedad tiene que actuar. No podemos confiar el futuro del proceso de paz solo al gobierno, tenemos que actuar todos los colombianos.
Como concejal de Bogotá y como ciudadana colombiana, apoyo el proceso de paz entre las Farc y el gobierno nacional, pero tenemos que exigirles mayor compromiso con el proceso que se adelanta en la mesa de negociación de La Habana, Cuba.
No podemos admitir que sigan muriendo colombianos en las selvas, mientras se desarrolla un proceso de negociación para acabar con el conflicto armado. Por eso rechazo los hechos del Cauca, porque allí murieron unos jóvenes soldados que hoy ya no están con sus familias, y a todos debería importarnos.
De este irracional ataque solo quedan viudas y huérfanos, más familias víctimas de la violencia, que empañan el proceso de los diálogos de paz para una Colombia que no va a resistir más muertos a nombre del conflicto armado.
Es fácil que cuando uno rechaza un acto como del de las Farc en el Cauca, lo tilden de ser uribista y facista en las redes sociales. Qué equivocados están cuando piensan así. Debemos superar estas posiciones radicalizadas que no conducen a la solución del conflicto sino a agudizarlo.