Denunciaron que a los pobres vendedores la Secretaría de Salud les había sellado las casetas, que instaló con presupuesto público el Instituto Distrital de Recreación y Deportes, y aseguraron que el sellamiento fue por mala infraestructura.
Averigüé lo que había pasado y encontré que el IDRD no ha incurrido en ninguna falla, por el contrario, entre el 2016 y el 2017, cambió los cambuches que tenían los vendedores, por casetas de acero inoxidable, metálicas y dignas.
Y sí, es cierto que la Secretaría de Salud selló por problemas sanitarios cinco de las casetas. Pero es preciso que los ciudadanos conozcan que los vendedores que utilizan las 41 casetas instaladas en el parque Simón Bolívar tienen un contrato para vender dulces, paquetes, gaseosas y agua, no para comida preparada. Y ahí está el asunto que la oposición ocultó de manera tendenciosa.
A los vendedores les cerraron las casetas porque la Secretaría de Salud encontró problemas de higiene e incluso comida podrida, porque se están vendiendo comidas preparadas que no están autorizadas para estas casetas. Y no fueron las 41, fueron cinco, que están infringiendo el contrato que tienen firmado.
No se puede mentir de manera tan descarada a la ciudad, utilizando como escudo a vendedores ambulantes y ocultando la información.
A quién se le ocurre que el Distrito tiene que instalar luz, agua y construir sifones para casetas que solo están autorizadas para vender paquetes, dulces, gaseosas.
Y cómo se atreven a pedir que la Secretaría de Salud, en una visita de salubridad pública, cierre los ojos si encuentra comida en mal estado, refrigeradores de icopor sucios, fallas en los procesos de limpieza de desinfección de materias primas y ausencia de certificados de manipulación de alimentos.
La invitación es a no mentir. A contar los hechos con la verdad, con el contexto. Verificamos y efectivamente, las casetas costaron 2.857 millones de pesos, $ 50’218.000 cada una, pero son estructuras en acero inoxidable, no los cambuches que encontró la administración cuando llegó.
Esta información es verificada con el IDRD. Se pueden consultar los contratos del Distrito firmados con los vendedores y las actas de la secretaría de Salud, y se pueden ver las fotos de los cambuches versus las nuevas casetas.
No es posible que se hagan este tipo de denuncias sin sustento y buscando réditos políticos en plena campaña electoral. Así no se hace control político. Se puede estar en desacuerdo con la administración, pero no mentirle a los ciudadanos.
Lucía Bastidas
Concejal de Bogotá