Los retos de Bogotá tras un mes de aislamiento

Un virus tomó por sorpresa al mundo en 2020 y nadie consideraba en ese entonces que la dimensión del que llamaron Covid-19, nos llevara a un aislamiento global. Agresivo, de fácil contagio y altamente mortal, comenzó a cobrar las vidas de la población más vulnerables en Asia y Europa, adultos mayores, las principales víctimas, comenzaron a fallecer por enfermedades respiratorias desencadenadas por el coronavirus. El 26 de febrero llegó a Latinoamérica con un caso en Brasil y el 6 de marzo con su primer caso en Bogotá, Colombia confirmaba la presencia del virus. Lo que comenzó como una enfermedad, se convirtió en epidemia y ya pronto en pandemia porque nadie estaba preparado para enfrentarlo.

Con ese primer contagio confirmado, de una estudiante de 19 años proveniente de Milán, ya recuperada hoy, Bogotá comenzó una carrera por la prevención, de la mano del gobierno nacional, adoptando acciones que aunque han ayudado a mitigar el crecimiento acelerado del contagio, demostraron también muchos retos que se han tenido que enfrentar por el camino en materia de salud, atención social y educación principalmente, y otros más que quedarán pendientes por resolver y para los que hay que prepararse tan pronto se termine la extensión de la cuarentena nacional el 27 de abril. Una ciudad de ocho millones de personas en encierro, entró en un aislamiento preventivo desde el 20 de marzo, y de eso ya va un mes de confinamiento que representó la interrupción de las clases en los colegios, el cese de la mayoría de actividades productivas en la capital y una adaptación obligada de los ciudadanos a herramientas tecnológicas para cumplir con labores propias del teletrabajo, estudio virtual y comunicación esencial.

La ciudad tiene actualmente confirmados alrededor de 1.600 contagios; siendo Suba la localidad con más reportados: 235, seguida de Usaquén: 220, Kennedy: 198, Engativá: 190, Chapinero: 110, Teusaquillo: 102, Fontibón: 94, Bosa: 92, Ciudad Bolívar: 76,  Puente Aranda: 49, Rafael Uribe Uribe: 45, Barrios Unidos: 34, San Cristóbal: 32, Tunjuelito: 32, Usme: 17, Antonio Nariño: 13, Santa Fe: 12, Los Mártires: 12, Candelaria: 7, Fuera de Bogotá: 20 y Sumapaz: 0, Sin dato: 7, según lo reporta el portal de Distrito encargado de hacer seguimiento diario al avance del coronavirus y por lo cual el seguimiento de las medidas y el mantenimiento de muchas de ellas se hace indispensable.

El sector salud, sin duda, recibió la principal responsabilidad. Atención de pacientes, cupos en UCI, disposición de unidades de atención  y protección para el personal médico, fueron algunas de las necesidades urgentes a resolver. Entre otras cosas, se invirtieron 8.500 millones de pesos para la compra de 4 millones de elementos de protección para personal médico, 84 equipos destinados a la atención domiciliaria de pacientes, la adecuación del Centro Hospitalario Transitorio en Corferias, que hoy entró en funcionamiento, un espacio de 15 mil metros cuadrados con 2.000 camas para pacientes de mediana y baja complejidad por Covid-19; y, el testeo masivo anunciado, con 20 mil pruebas realizadas a la fecha, la adquisición y certificación de 400 mil pruebas más que comenzarán a aplicarse paulatinamente. No obstante, la demora en la entrega de medicamentos y las largas filas que persisten en Capital Salud, dejan un 61.3% de adultos mayores afectados, según denuncia hecha esta semana por la Personería, como un llamado de atención al Distrito.

En atención social, ‘Bogotá Solidaria en Casa’ se convirtió en una alternativa de ayuda a gran escala para mitigar la necesidad de 500 mil familias vulnerables y en pobreza; pero acreditó fallas en el ejercicio de coordinación entre entidades, bases de datos confusas que dejaron por fuera a cientos de ciudadanos en necesidad y que demoran entregas a comunidades que desembocan en protestas en el sur de la ciudad, pues después de un mes no reciben alimento alguno. Se habla de 281.521 familias beneficiadas: 171.683 por transferencias del gobierno y 109. 838 por transferencia de la Alcaldía; 1.808.990 apoyos, entre mercados, bonos y comida caliente y 311.395 bonos escolares; y resulta positivo que se amplíe la cobertura y los giros a las familias con la revisión y verificación del Sisbén IV, pero se debe trabajar de manera más articulada para lograr cumplir con el cronograma y evitar que los más afectados pasen hambre.

Las Comisarías de Familia, por su parte, ampliaron sus canales de atención durante la cuarentena; y se evidenció el incremento de casos de violencia intrafamiliar, donde las principales víctimas son las mujeres, niños y niñas,  por lo que el llamado a la Administración Distrital es de afianzar el seguimiento a los casos y el acompañamiento de cada mujer que acude a las líneas de emergencia pues es un momento crucial donde muchas conviven incluso con sus agresores.

La economía, ha salido fuertemente golpeada con el confinamiento. Cientos de pequeñas y medianas empresas se han declarado en estado crítico por la falta de apoyos que les permitan pagar nóminas, servicios, arriendos o a sus proveedores.  Aquí se requiere fortalecer los emprendimientos que se basan en ciencia para elaborar pruebas o diagnósticos referentes a emergencias como la pandemia para que Bogotá avance en sus capacidades de desarrollar insumos para facilitar las pruebas, así como ocurrió en Corea del Sur, Uruguay y Estados Unidos y que desde la Secretaría de Desarrollo Económico se capacite a la población y se potencialicen las herramientas para el desarrollo del teletrabajo como parte de la cultura organizacional y como una efectiva esta estrategia laboral.

La educación virtual, que representó uno de los mayores cambios para la población en general, pues necesitó de una rápida adecuación porque los colegios y menos los niños y sus padres estaban listos para asumir de manera tan agitada un desafío que les implicaba tiempo, espacio y recursos tecnológicos con los que muchos no cuentan. Los padres, como primeros cuidadores, ahora también asumían el papel de educadores en casa y el material resultó insuficiente en un primer momento. Ahora, las plataformas y la cobertura de internet no alcanzan aún a cubrir al total de la población en etapa estudiantil.

Y aunque las condiciones ambientales en general han mejorado, producto del aislamiento, la medición de las estaciones permitió ver que no solo las fuentes móviles son contaminantes sino las fijas, por ello, las empresas deberán contar con una mayor vigilancia sobre su aporte al medio ambiente tan pronto se reactive el funcionamiento industrial en la capital. Y en movilidad, a la que se le ha adjudicado gran carga contaminante, pasada la cuarentena se tendrá que levantar el pico y placa poco a poco, TransMilenio seguirá operando al 35% y la ciudad deberá incentivar el uso de la bicicleta, ampliando los corredores y garantizando la seguridad para quienes elijan la movilidad sostenible.

La vida como la conocíamos antes de la pandemia no será igual y tardará mucho retornar a una normalidad cercana y esto solo será posible siempre y cuando los bogotanos guardemos las medidas de prevención y nos adaptemos a que algunos de estos cambios serán permanentes; la pregunta sobre la cual debemos tener claridad es cómo vamos a enfrentar la vida después del 27 de abril. Hay vida si #EntreTodosNosCuidamos.

Lucía Bastidas

Concejal de Bogotá

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