En especial quiero agradecer a los bogotanos y a las bogotanas porque son ustedes quienes inspiran el trabajo que adelantamos para garantizar que las necesidades ciudadanas más sentidas sean visibilizadas.
Me siento orgullosa de mantener mi voz en alto para hablar por las mujeres que son víctimas de la violencia intrafamiliar ciega y absurda y por aquellas han perdido la vida a manos de sus parejas sentimentales. Y la seguiré levantando mientras persista la impunidad y la indiferencia que rodea estos casos.
Anoche, sin ir más lejos, mataron a una mujer embarazada en la localidad de Kennedy. Un hombre le propinó tres disparos con arma de fuego cuando se dirigía a su vivienda. Como siempre, la Policía dice desconocer los motivos, pero lo cierto es que no fue un atraco.
Esas historias son las que nos motivan a seguir sin pausa en el trabajo del Concejo de Bogotá: denunciar, reclamar, promover y pedir acciones más contundentes de las entidades del Estado y de la administración de la ciudad son tareas que los bogotanos y bogotanas nos han delegado con su voto.
En estos tiempos de escepticismo ciudadano frente a los políticos quiero recordar que el trabajo de los concejales es vital para los ciudadanos. No es una tarea decorativa, es un trabajo que demanda la mayor responsabilidad, porque en nuestras manos está el control político a los actos de la administración y el seguimiento a la gestión y ejecución del presupuesto que hoy supera los 17 billones de pesos.
Nunca como ahora ha sido tan importante que los ciudadanos tomen consciencia de la importancia de su voto en las urnas, para que el concejo que elijan realmente defienda sus intereses y cumpla las tareas que la Constitución y la Ley le ha dado.
Agradezco a los bogotanos y bogotanas su confianza; agradezco a mi familia su comprensión y apoyo, y agradezco a mi equipo de trabajo por el compromiso. Hoy, más que nunca, debemos redoblar esfuerzos para que las voces de los ciudadanos y las ciudadanas sean visibilizadas.