Bogotá
Cordial saludo.
En mi calidad de concejal de Bogotá no puedo dejar pasar el abuso del fue víctima la joven Mariluz Arenas Parra el pasado 11 de enero por parte de un conductor afiliado a su aplicación llamado Sleyer Bustamante. No solo se aprovechó de su estado de indefensión, sino que cuando ella rechazó el manoseo y abuso al que la sometió la arrastró por el piso y le robo sus pertenencias.
Eso, señores de Uber no puede seguir pasando, porque no es la primera vez que una mujer es víctima de conductores afiliados a su compañía que se aprovechan de ellas y se toman confianzas indebidas y llegan al abuso físico.
Les pregunto qué tipo de conductores están admitiendo como socios de la aplicación, como para que ocurran casos como este. Es fundamental que se extremen los filtros para que las personas que presten ese servicio realmente sean sometidas a una investigación que permita garantizar la seguridad de los pasajeros.
Me gustaría saber qué tipo de controles y monitoreos ejercen para verificar la idoneidad de los conductores y qué trámite les dan a las quejas y reclamos de los usuarios en este y otro tipo de irregularidades. Además, cuál es el protocolo que se sigue para aceptar un carro y cómo verifican los antecedentes de los propietarios del vehículo. Y qué tipo de sanciones se aplican en caso de encontrar responsabilidades en los abusos.
Atentamente,
Concejal de Bogotá