Medidas a Nivel Distrital
A nivel Distrital una de las estrategias implementadas en la última década para mejorar la movilidad de la ciudad y reducir la contaminación atmosférica, ha sido la puesta en marcha del sistema de transporte masivo Transmilenio, el cual permitió, por un lado, remplazar parcialmente la flota de vehículos de transporte público, que era ineficiente y altamente contaminante. No obstante, la ciudad aún depende en su mayoría, del modelo convencional de buses. Esta situación se convierte en uno de los mayores obstáculos para la correcta implementación de nuevas políticas en beneficio de la movilidad y de las condiciones ambientales de la ciudad.
Una de las iniciativas públicas para el control de la contaminación atmosférica en la ciudad, fue formulación del Plan Decenal de Descontaminación del Aire de Bogotá (PDDAB) por parte de la Secretaría Distrital del Aire, en 2010. En este plan, se estructuraron los proyectos encaminados a mitigar los efectos negativos de la contaminación y las medidas que deben ser implementadas entre los sectores público y privado para la reducción de las emisiones de especies contaminantes del aire. Con esta política de calidad del aire, el Distrito plantea promover:
c) El fomento de mejores prácticas de conducción.
El siguiente es el portafolio óptimo de medidas a implementar en la ciudad de acuerdo con lo establecido en dicho plan.
Contaminación atmosférica y calidad del aire en Bogotá D.C.
En Bogotá, se han reducido las concentraciones de PM10 y PM2,5 entre 2012 y 2017, lo cual pudo ser causado por la confluencia de varias acciones, como: 1) la integración del transporte público, acompañado del mejoramiento de la tecnología del parque automotor y la eficiencia en las rutas; 2) el seguimiento y control a la industria por emisiones atmosféricas contaminantes; 3) el aumento de los días sin carro en la ciudad; y 4) el cambio de la tecnología en los vehículos propulsados con motor de ciclo de dos tiempos de acuerdo a lo establecido en el Artículo 1 del Decreto 497 de 2011.
Ilustración 1 Comportamiento de las concentraciones anuales de PM10 y PM2,5 en Bogotá (2012-2017).
Alerta por contaminación en la ciudad
En marzo de 2018 y el febrero de 2019 se presentó en la ciudad un aumento considerable de los niveles de PM2,5 y de PM10, lo que llevo a la Administración a declarar alerta amarilla en dos ocasiones por contaminación atmosférica en la ciudad. Según la SDA, la emisión de este contaminante está directamente asociado a los procesos de combustión (especialmente diésel), siendo las fuentes móviles (transporte) las mayores aportantes de contaminación atmosférica en la ciudad, con cerca de 1.475 ton/año de PM10 y 1.224 ton/año de PM2,5 en el 2014, para el 2014.
El aporte de contaminantes de las fuentes móviles, se debe principalmente a su distribución modal, composición y la tecnología utilizada. Según la Encuesta de Movilidad en el 2015, de los 17,2 millones viajes realizados en la zona de estudio, la mayor cantidad se realizaron en transporte público (SITP troncal y zonal) con un 37%.
Ilustración 2 Composición de las fuentes móviles en la ciudad
Conclusiones y Recomendaciones
La contaminación atmosférica se ha convertido el principal desafío ambiental de las autoridades y de la ciudadanía en el Distrito Capital. El diagnóstico de los niveles de material particulado en preocupante, muestra de ello es el reciente aumento en el nivel de contaminación que puso en alerta amarilla a la ciudad y llevó a la restricción vehicular durante cuatro días, afectando el dinamismo económico propio del comercio el comercio de la ciudad.
La investigación titulada “Contaminación atmosférica en centros urbanos. Desafío para lograr su sostenibilidad: caso de estudio Bogotá”, el autor, Juan Felipe Franco R., plantea la necesidad de trabajar conjuntamente entre el sector público, los actores privados y la academia. Con el fin de obtener un mejor conocimiento de esta problemática, pero también deben representar una verdadera estrategia para cumplir con las medidas de control y mitigación propuestas en la política pública para estos temas. En este contexto es fundamental lograr vincular a los ciudadanos en los procesos de planeación. Es de esta manera que se puede generar un proceso participativo en el entendimiento del problema, y en la formulación y aplicación de políticas públicas orientadas a su solución. Un nuevo y mejor conocimiento en esta materia por parte de los ciudadanos llevará a la promoción de estrategias para lograr unas mejorares condiciones de salud y calidad.
la Nota Técnica presentada en julio de 2018 por la Veeduría Distrital, permitió establecer que:
i) Hasta el año pasado, el SITP en su componente trocal, operó con una flota compuesta en su mayoría por buses de estándar de emisión EURO II (45%), III (8%), IV (14%), V (31%) e híbridos (2%) (SDA 2018b), y que dicha operación (buses articulados y biarticulados) aporta contaminantes atmosféricos por su combustión.
ii) El transporte de carga es uno de los principales aportantes de emisiones que afectan la calidad del aire de la ciudad, y su operación se encuentra relacionada con la logística de despacho de materias primas e insumos en la ciudad y la tecnología con la que funcionan.
Así mismo, la Veeduría señaló que a partir del Plan Decenal de Descontaminación del Aire de Bogotá –PDDAB-, se ha logrado:
i) Consolidar la Red de Monitoreo de Calidad del Aire de Bogotá RMCAB como una de las redes más robustas del país en su capacidad de captura de datos de forma automática.
ii) Crear y poner en marcha, desde el 2015, el Sistema Integrado de Modelación de Calidad del Aire de Bogotá SIMCAB, que permite modelar la fisicoquímica de la atmósfera de la ciudad y predecir estados de altas concentraciones hasta con 24 horas de anticipación.
iii) Adoptar el Sistema de Alertas Tempranas Ambientales de Bogotá SATAB, el cual permite alertas de una posible o inminente emergencia ambiental por contaminación atmosférica, brindando los protocolos de articulación para su atención.
iv) Crear el Índice Bogotano de Calidad del Aire IBOCA, el cual es un indicador multipropósito adimensional, calculado a partir de las concentraciones de contaminantes atmosféricos en un momento y lugar de la ciudad; v) actualizar el inventario de emisiones (2012-2014) en donde, entre otras, se reconstruyeron factores de emisión y eficiencia energética.