La problemática del hambre a nivel mundial no es conocida en todo el sentido de la palabra y mucho menos su relación con las condiciones permanentes de vulnerabilidad como la pobreza, que en ocasiones es visible y en otras es oculta. En esta preocupante situación juega mucho la seguridad alimentaria.
De acuerdo con diferentes informes de la Organización Mundial de la Salud, antes de la pandemia de Covid-19, se tenía un estimado de 47 millones de niños menores de 5 años afectados por la desnutrición y durante los primeros 12 meses de la enfermedad, en la población infantil este problema aumentó aproximadamente un 14% del correspondiente a 6,7 millones de niños, donde el 80% de ellos son de África subsahariana y Asia meridional, con más de 10.000 muertes infantiles por mes en este mismo periodo.
Ahora bien, uno de los principales efectos sociales y económicos ocasionados por la pandemia del Covid-19, corresponde a la seguridad alimentaria y nutricional, haciendo referencia al acceso físico, social y económico a una alimentación suficiente y nutritiva que permita satisfacer las necesidades nutricionales que permita llevar una vida activa y sana en la niñez y adolescencia.
Bogotá no es ajena a este problema y es por esto que debemos pensar en la forma en cómo vamos a abordarlo, ahora que nos preparamos para la recuperación de la ciudad por los efectos de la pandemia que ha ayudado a crear un clima de incertidumbre en la población en general.
Según la última encuesta de Bogotá Como Vamos del año 2020, el 59% de los entrevistados considera que la ciudad va por mal camino; el 19% considera que va por buen camino y el 22% cree que por ninguno de los dos.
Del total de encuestados, el 24% respondieron que en algún momento de la pandemia durante el 2020, aguantaron hambre y en esto tiene que ver que el 66% afirmaron que alguien en su hogar perdió el empleo a causa de la crisis por el Covid19.
Con lo anterior queda demostrado que Bogotá no es ajena a los problemas del hambre, no solo por los efectos que trajo la pandemia, sino además por la vulnerabilidad en que viven ciudadanos en los estratos 1 y 2 y además quienes están catalogados dentro de la llamada pobreza oculta en los estratos 3 y 4. Esta situación afecta a la población infantil en la capital que depende de los ingresos de sus padres o de un adulto para alimentarse diariamente.
El Programa Bogotá Como Vamos consideró que las metas en el Plan de Desarrollo de la alcaldesa Claudia López, en relación con el estado nutricional de la población infantil, que promete lo siguiente: «A 2024 llevar a cero la tasa de mortalidad por 100.000 en menores de 5 años por desnutrición aguda como causa básica» y “A 2024 disminuir a 17% la proporción de niñas y niños menores de 5 años con estado nutricional adecuado según el indicador peso para la talla”. Frente a la primera, ésta es poco exigente, si se tiene en cuenta que en los últimos tres años el indicador se mantuvo en cero.
Coincido con el Programa cuando dice que, “si se quiere mantener esta tendencia, se hubiera incluido más como un compromiso de mantener cero muertes por desnutrición en menores de 5 años y no como una meta trazadora”.
A continuación, se presentan algunos indicadores del comportamiento de la desnutrición, y otros aspectos que pueden incidir en la mortalidad infantil:
De acuerdo con estos resultados, el Programa Bogotá Cómo Vamos y la Fundación Éxito, han diseñado el Índice de Situación Nutricional en la Primera Infancia para la capital del país, como una herramienta que permite identificar aquellas localidades en la ciudad que tienen mayor presencia de hogares con menores condiciones de situación nutricional adecuada para niños y niñas menores de 5 años.
Con esta herramienta se espera identificar aquellos territorios con mayor presencia de hogares con peor situación nutricional, para focalizar el trabajo del programa de apoyo alimentario.
El resultado obtenido para las localidades de Bogotá, se muestra a continuación:
En esta gráfica se observa que las localidades de Santa Fe, Rafael Uribe Uribe, San Cristóbal, Usme y Ciudad Bolívar, se identifica un deterioro con las peores condiciones de situación nutricional en la primera infancia como efecto de la pandemia por covid-19. Además de que es donde más se han visto afectadas las actividades comerciales e informales por las restricciones impuestas por las cuarentenas y de las que depende el ingreso económico de la mayor parte de la población que reside en estas localidades.
Para contrarrestar esta problemática se deben implementar ciertas medidas políticas que permitan minimizar el impacto en los sistemas alimentarios, como son:
- Garantizar funcionamiento de los programas de apoyo nutricional.
- Asegurar la continuidad de las comidas a los estudiantes.
- Expandir programas de protección social para el acceso a alimentos,
- Promover hábitos de consumo saludable.
- Facilitar la operación de puntos de venta al por menor, mercados y supermercados.
Referencias:
Programa Bogotá Cómo Vamos y Fundación Éxito, 2020.
Concejal de Bogotá