Hago un llamado en el marco de la contienda política territorial que se nos avecina, a ser vigilantes de los principios constitucionales que rigen la democracia, especialmente tratándose de los derechos políticos ganados por elección popular. Es público a través de los medios de comunicación, que sin un procedimiento democrático y sin ajustarse a los estatutos de nuestro movimiento, se están tomando decisiones arbitrarias que atentan contra el debido proceso de asignación de avales.
Es necesario que se respeten los estatutos y los criterios de coherencia que construyeron nuestro Movimiento, que se reconozca la trayectoria, los méritos y el trabajo de quienes hemos construido alternativas consistentes para Bogotá y para los territorios en los cuales incidimos como movimiento social y político. Nuestro movimiento debe reflejar la coherencia en los planteamientos de diversidad, de pluralismo político y jurídico, tanto como de la defensa de los derechos de la naturaleza y las enseñanzas de nuestras comunidades.
Es necesario velar, vigilar y garantizar mecanismos democráticos y transparentes en los movimientos y partidos políticos, especialmente cuando nos dignamos de habernos fundado en principios de protección de los derechos humanos, étnicos y de las poblaciones más vulneradas por la violencia en Colombia, por lo que realizaré una acción jurídica al respecto.
Colombia enfrenta el imprescindible desafío en avanzar y proteger los derechos políticos electorales. El 64% de mujeres que ostentan cargos de elección popular dicen haber sufrido violencia política.
El país necesita normas para hacer respetar el derecho a elegir y ser elegidas, por eso invito a las senadoras, representantes a las cámaras, diputadas, concejalas, edilesas y al movimiento social de mujeres de todo el país a cuidar y proteger las conquistas del movimiento social de mujeres que hemos logrado posicionar en la democracia a lo largo de la historia, así mismo a fortalecer las redes que defienden nuestros derechos y a no multiplicar los hechos de violencia entre nosotras una vez estemos ejerciendo un cargo de elección público o popular.
El patriarcado, la lógica de exclusión y violencia al interior de la política, no puede contagiar nuestros espacios donde se materializan las ideas y principios que fundamentan a este movimiento.
Exijo a la dirección nacional del Movimiento Alternativo Indígena y Social -MAIS a que sea garante de este proceso, a respetar los espacios que hemos ganado en las urnas por elección popular y que son la manifestación de una agenda que representa el pensamiento de los pueblos indígenas y de los procesos territoriales y que no permite un retroceso en la reivindicación de nuestros derechos, a las aspiraciones políticas que nos guían y que con ello se brinden todas las garantías necesarias para evitar que se violente la vocería natural del movimiento indígena.