El Proyecto de Acuerdo para la implementación de una Hidrópolis en Bogotá-Región, priorizado por la Bancada del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) a través de su Concejala Ati Quigua, constituye la posibilidad de concretar un antiguo y urgente anhelo de Bogotá: ordenar su territorio y su ambiente en torno al agua. Visión que se anticipa en el Programa 28 del Artículo 15 del Plan Distrital de Desarrollo 220-2024, el cual reza:
“Se implementarán acciones para la recuperación del río Bogotá, el cumplimiento de la Sentencia de descontaminación del río Bogotá y Plan de Manejo y Ordenamiento de la Cuenca Hidrográfica (POMCA) y se integrará la visión de la Hidrópolis, que parte del agua como principal atributo estratégico para el ordenamiento del territorio”.
El proyecto de una Hidrópolis no sólo integra a la ciudad a las respuestas que las más importantes metrópolis del mundo han elaborado frente a los retos que le impone el cambio climático y la sostenibilidad ambiental, sino que constituye, en el especifico caso de Bogotá, la posibilidad de reconectar con su memoria más profunda, contenida en su actual sistema hídrico. Memoria de la cual hoy dan cuenta las huellas de los sistemas de riego y camellones, testimonios de la existencia de una sofisticada hidráulica ancestral Muisca.
El primer esfuerzo en la dirección de reivindicar la importancia del agua para Bogotá, es la formulación del Acuerdo 347 de 2008, con el cual la Concejala Ati Quigua se propuso solventar la necesidad de una política del agua para el Distrito Capital. Propósito que se concretaría en la adopción del Plan Distrital del Agua (PDA) a través del Decreto 485 de 2011, cuyo principio rector fue la implementación de un enfoque de derecho para promover el acceso universal al agua. En ese marco, el corazón del PDA ha sido la implementación de un programa para la asignación de un Mínimo Vital de 6 mts. cúbicos a la población estrato 1 y 2 de la ciudad, entre quienes el derecho al acceso al agua ha resultado tradicionalmente vulnerado.
No obstante, a 10 años de su primer periodo de implementación el PDA aún tiene deudas con la ciudad, especialmente relacionadas con su infructuosa intención de territorializar la gestión y el manejo del agua. Objetivo cuya resolución ha encontrado escollos en la ausencia de una institucionalidad y un marco asociativo regional que facilite una gestión integral del agua desde sus fuentes; adicional a la tradicional voluntad desecadora y urbanizadora desde la cual la ciudad se ha relacionado con sus cuerpos de agua, procedimiento que se siguen actualizando a través de intervenciones como las Operaciones Estratégicas.
Situación que el modelo Hidrópolis se propone abordar, a partir del establecimiento de una relación entre los ciclos del agua y los micro-territorios, actores tradicionalmente marginados de la gestión del sistema hídrico. Relación que se concretará a través de la aplicación de técnicas de hidro-urbanismo que impulsen la armonización del encuentro de la ciudad con sus cuerpos de agua, y, en consecuencia, la calidad de los entornos habitacionales locales, a partir de acciones de acupuntura urbana. De esta forma, la Hidrópolis será un complemento de los contenidos del PDA, que precisamente serán revisados y ajustados en el año 2021.
Frente a la necesidad que tiene hoy la ciudad de actualizar su Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, actualmente en interinidad, y del naciente proceso de construcción de la Ley Orgánica de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, la Hidrópolis constituye la mejor posibilidad de consolidar al agua como el protagonista histórico del ordenamiento y la gestión territorial de nuestra ciudad-región.
Página web: https://atiquigua.co/