Con profundo dolor informamos a la opinión pública de la muerte del líder indígena Eladio Mecha del Cabildo Indígena Wounann de Bogotá, fue asesinado en la madrugada del 15 de marzo. El líder Luis Eladio, había recibido reiteradas amenazas las cuales fueron puestas en conocimiento de las autoridades competentes sin que existiera protección alguna para él o para la comunidad. Recordamos que en la estructura organizativa de los pueblos indígenas un líder es mucho más que una persona, es un miembro que tiene un rol, una autoridad que deja un vacío integral y profundo frente a su ausencia. Somos parte de un solo cuerpo, y la amputación de uno deja un hueco imposible de llenar al ser cuerpos colectivos de los que hablamos.
Miembros de la comunidad Wounnan, al igual que la población en general bogotana en Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa, Rafael Uribe Uribe, Fontibón como las más graves (no las únicas), han visto como de manera desproporcionada aumenta el número de muertes violentas sin que haya actuación seria por parte de las autoridades respectivas.
Esta muerte se suma a decenas de nombres de miembros de las comunidades ancestrales que ven como su vida es cegada por actores que no han sido o no quieren ser identificados por parte de las instituciones. Vivimos un verdadero genocidio a los pueblos indígenas que afianza el estado inconstitucional de cosas declarado por la Corte Constitucional desde el año 2008 y que sigue vigente hasta nuestros días.
Desde el Concejo de Bogotá hemos priorizado el Debate de Control Político sobre pueblos indígenas (Proposición 075 de 2020) y del cumplimiento del Acuerdo de Paz, en especial el Capítulo Étnico, que elevo la esperanza colectiva, que, sin un ser una solución definitiva, es un paso importante para avanzar hacia una ciudad y un país justo, sustentable y en paz. Así mismo impulsamos desde la Subcomisión de Vigilancia y Control sobre Seguridad en la Ciudad de Bogotá el tema de la protección de líderes y lideresas sociales, y en particular de miembros de comunidades indígenas que sufren de manera sistemática agresiones, amenazas y son víctimas de la discriminación estructural, institucional y social. Estamos frente a un verdadero epistemicidio y genocidio hacia los saberes ancestrales.
Bogotá enfrenta grandes retos al ser el epicentro del poder político y ser un gran receptor de víctimas del conflicto armado y social que vive nuestro país. Propuestas estratégicas como una zona PDET en Bogotá debe incluir los elementos incluidos en el decreto 893 de 2017, que tiene sendos elementos para cumplir con el Capítulo Étnico que busca avanzar en transformaciones en la sociedad.
Queremos impulsar desde el Concejo de Bogotá políticas verdaderamente incluyentes, diferenciales en un trabajo armónico con la Administración Distrital que valoren la diversidad como un valor de la sociedad más allá de discursos vacíos. Hemos propuesto programas y estrategias para incluir desde el Plan Distrital de Desarrollo acciones para materializar los derechos de una población que mucho aporta a la comunidad y sigue siendo excluida y amenazada. No pararemos en nuestro objetivo de garantizar la vida e integridad de los miembros de nuestras comunidades ancestrales y de todos los Bogotanos.
Oficina de prensa de la H.C Ati Quigua
Concejo de Bogotá D.C