La infraestructura que existía a finales de la década de los 70’s era insuficiente para una ciudad que contaba con tres millones de habitantes y, además, generaba pérdidas y un manejo arbitrario de los precios. Las plazas públicas y los supermercados no daban abasto, y hasta las calles se acondicionaban para el mercadeo agropecuario. Desde su creación, CORABASTOS fue pionera en el área comercial agrícola del país. Cabe señalar que la Central de Abastos es una Sociedad del orden nacional, de economía mixta vinculada al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, junto con la Gobernación de Cundinamarca y la Alcaldía de Bogotá, quienes forman parte de los accionistas del sector oficial con un 47.92% del total de las acciones, y el 52.08% corresponde al sector del comercio.[1]
Como antecedente de la construcción de la Central de Abastos, se encuentra la creación de la Empresa Distrital de Servicios Públicos (EDIS) durante la década de los 60's, mediante la cual fue implementado un modelo de administración y gestión de las plazas de mercado distritales, con un enfoque logístico en el almacenaje y distribución de alimentos por medio de la construcción de una central de abastos: CORABASTOS. Bajo este modelo, la EDIS logró reorganizar a Bogotá como una ciudad accesible al abastecimiento de alimentos de la población.[2]
Durante la década de los 90’s, se presentó un debilitamiento administrativo y financiero de la EDIS, a la vez que se fortalecieron otros escenarios comerciales, tales como centros comerciales, almacenes de cadena y los mercados barriales o tiendas de Fruvar o “líchigo”, convirtiéndose en una fuerte competencia para las plazas de mercado y de este modo, para la Central de Abastos, dada su accesibilidad y la variedad en la oferta de sus productos. Este escenario se presentó un desplazamiento del concepto de la plaza de mercado como un lugar para el encuentro social y con valor histórico a un espacio donde predominaba el deterioro espacial y de uso exclusivo para las personas de bajos recursos económicos, situación que lamentablemente se viene presentando en algunas de las plazas de mercado distritales hoy en día.[3]
En la actualidad, CORABASTOS presenta unas problemáticas que afectan tanto a sus comerciantes, como a sus clientes, que tienen que ver con la inseguridad al interior de sus instalaciones y de su entorno, con la infraestructura vial, el manejo y aprovechamiento de los residuos, pero, sobre todo, con la organización de la estructura interna y administrativa de la Central.
En cuanto al tema de la seguridad, los comerciantes de CORABASTOS cuestionan el hecho de que ellos mismos tengan que hacer aportes económicos para asegurar la presencia de las autoridades policiales al interior de la Central, aportes que suman más de dos mil trecientos millones de pesos anuales que no incluyen el pago de la vigilancia privada. Y aunque la seguridad al interior de sus instalaciones ha mejorado, son continuas las denuncias por la inseguridad que se presenta en su entorno, en barrios como María Paz y el Amparo, pues allí se concentran expendios de drogas y lugares para su consumo.
Por otro lado, los comerciantes alegan que sus ventas se han visto afectadas por el constante caos en la movilidad en las vías que conducen y rodean la Central de Abastos. En este sentido, aseguran que el mal estado de las vías y los constantes trancones de la Av. Ciudad de Cali, de la Calle 38 y de la Carrera 86 desincentivan a los compradores, quienes prefieren asistir a otros centros con mejor accesibilidad.
Finalmente, se encuentra el problema de la representatividad que, según los comerciantes, es la mayor dificultad que presenta CORABASTOS en la actualidad, debido a la distribución arbitraria de la representatividad al interior de la mesa directiva, pues si bien la participación accionaria del Estado (entiéndase Nación, Gobernación y Distrito) es tan solo del 48%, estos cuentan con cuatro 4 votos, frente a los 3 votos a los que tienen derecho los comerciantes, quienes cuentan con la mayoría accionaria con un 52%, lo cual no es equitativo. Los comerciantes y sus representantes argumentan que, al tener la mayoría de los votos, por regla general, el Gobierno es quien elige al Gerente de la Central de Abastos, según sus intereses, que, en la mayoría de los casos, son personas que no están cualificadas para asumir ese cargo y frenan el adecuado desarrollo de la Central.
En este escenario, los comerciantes insisten en la necesidad de adelantar con urgencia una reforma a los Estatutos de CORABASTOS, para que, en primer lugar, se garantice una participación más justa en la toma de decisiones al interior de la mesa directiva; y, en segundo lugar, les garantice la copropiedad de los locales a los comerciantes, pues es gracias a ellos que se ha consolidado y se ha mantenido en el tiempo, a pesar de las dificultades, la Central de Abastos más grande del país y la segunda más grande de América Latina.
Cabe resaltar la importancia que tiene La Corporación de Abastos de Bogotá en el Plan Maestro de Abastecimiento de Alimentos y Seguridad Alimentaria para el Distrito Capital, establecida mediante el Decreto 315 de 2006, pues en este se establece que “la ciudad cuenta con la Central de distribución mayorista CORABASTOS S.A. que cumple un papel fundamental en el abastecimiento de alimentos, donde su conocimiento, experiencia y ubicación se constituyen en una potencialidad para la construcción del nuevo Sistema de Abastecimiento de Alimentos, adecuándose a los retos del comercio moderno.” En el Artículo 9 del Decreto citado se establecen las Estrategias operativas, en donde CORABASTOS figura como unos de los Nodos logísticos urbanos para el desarrollo de la estrategia de fortalecimiento de las áreas estratégicas de integración regional en el Distrito Capital.
En este sentido, la Central de Abastos también juega un papel fundamental en la Política Pública de Seguridad Alimentaria y Nutricional para Bogotá, establecida mediante el Decreto 508 de 2007, pues en las líneas de trabajo de la Política se encuentran la integración regional, la consolidación del abastecimiento en las localidades del Distrito Capital y la provisión de alimentos nutritivos, seguros e inocuos.
Como Concejal de Bogotá, he venido haciendo un riguroso seguimiento al sistema de abastecimiento de alimentos en la ciudad, que comprende tanto las plazas de mercado distritales, como la Central de Abastos – CORABASTOS, con el propósito de garantizar la sostenibilidad en el tiempo de estos espacios, dada su importancia en la Seguridad Alimentaria del Distrito Capital, pero también, en la generación de empleo y en el desarrollo de la región en general, tanto en Bogotá, como en los municipios aledaños. Finalmente, Nuestras investigaciones han dejado ver que es necesario avanzar en mejorar las condiciones de la Central de Abastos para hacerla más competitiva en un contexto globalizado, que permita nuevamente su posicionamiento en el mercado como la Central de Abastos más importante del país en una ciudad que hoy en día cuenta con más de ocho millones de habitantes, y que también facilite el ingreso de nuestros comerciantes a los circuitos de comercio internacional como la potencia agrícola que somos. Dadas estas consideraciones, reafirmo mi compromiso como Concejal de la ciudad con nuestros campesinos, productores y comerciantes que día a día se encargan de poner los alimentos en nuestras mesas.