Las explicaciones a este respecto y en distintos momentos han sido poco menos que aceptables, por cuanto el sistema se ha ido expandiendo en zonas cuya demanda sigue en aumento, pero el sistema de tarjetas evidencia un serio rezago que va en detrimento del usuario. De continuar así asistiremos los bogotanos a otro colapso del sistema de proporciones insospechadas y ya no por la falta de capacidad de los articulados, sino por un extraño conflicto entre las empresas concesionarias del sistema de tarjetas.
Todo lo anterior se atribuye a la falta de coordinación efectiva desde la gerencia de Transmilenio hacia las empresas Angelcom y Recaudo Bogotá para concretar esta necesidad. Si uno de los concesionarios como se ha expresado públicamente por parte de TransMilenio, no cumple con las condiciones necesarias para tal proceso, que se apliquen entonces las acciones o sanciones del caso, al fin y al cabo, cuál es la responsabilidad sino el cumplimiento de su obligación como concesionario.
En consecuencia hago un urgente llamado para que no sigamos con la misma dificultad en momentos en que seguimos escuchando la misma promesa de integración de las tarjetas para agilizar y superar los problemas de acceso y movilidad en todas las fases del sistema.
Of. H.C María Clara Name
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