Ecoturismo y degradación ambiental: dos caras de la misma moneda

Contexto:

La Organización Mundial del Turismo, OMT, estima que para el 2030, el turismo a nivel mundial crecerá a un promedio de 4.4% anual, que el número de turistas internacionales llegará a 1.8 millones, y que el sector generará 9.6% del PIB mundial con 300 millones de empleos directos, pues el sector turístico es un creciente conglomerado de industrias con potencial de expansión y de desarrollo (OMT, 2014).[1]

Según información obtenida del Plan Distrital de Desarrollo, en términos generales el turismo internacional para Bogotá ha presentado una dinámica favorable en los últimos años. De acuerdo con cifras de Migración Colombia la ciudad en 2015 recibió 1’146.405 viajeros extranjeros, un 13% más que en 2014141. Esta cifra ubica a Bogotá como primer destino turístico del país, con una participación del 50.1% siendo el turismo de negocios el segmento

de mayor relevancia para la ciudad.

Adicionalmente, el PDD “Bogotá Mejor para Todos” sostiene que, respecto a la contribución del turismo al desarrollo de la ciudad, según cifras del Observatorio de Turismo del IDT, en 2014 el aporte del sector al PIB fue del 3.31%. A esto debe sumarse la cadena de efectos indirectos del consumo turístico, dada la relación que tiene el turismo con otras industrias para la provisión de insumos y bienes de capital, así como de servicios, que sumados generan un aumento en el valor agregado del empleo y del crecimiento de la economía de la ciudad. A 2015 Bogotá cuenta con 3.570 empresas activas en el Registro Nacional de Turismo, las cuales generan alrededor de 17.850 empleos directos y 44.625 indirectos. En efecto Bogotá cuenta con recursos y atractivos tanto naturales como culturales, recreativos y deportivos que conjuntamente con la oferta turística de la región, aumentarían las posibilidades de generar opciones productivas a partir del turismo siempre y cuando su infraestructura y condiciones de calidad sean

suficientes para incorporarlos a la cadena de valor.

En este orden de ideas, según la Administración Distrital, Bogotá posee numerosas áreas naturales que hacen parte del Sistema Distrital de Áreas Protegidas (humedales, cerros orientales, parques ecológicos de montaña, entre otras), Áreas de Especial Importancia Ecosistémica y Elementos Conectores Complementarios, que conjuntamente con la oferta de la región, abren posibilidades de generar opciones productivas a partir del turismo de naturaleza para generar producto especializado en ecoturismo, turismo rural, avistamiento de aves, trekking o senderismo, entre otros.

Problemática:

El pasado 15 de febrero fue publicado en el  rotativo El Tiempo un artículo titulado “El ecoturismo sin regulación es otra forma de sobreexplotación”, en el que Megan Epler, experta en negocios sustentables y en desarrollo económico a partir del ecoturismo, presentó un análisis del fututo de esta actividad. En el artículo explicó que sin seguridad local la actividad del ecoturismo difícilmente podía crecer o florecer. Adicionalmente, la experta resaltó la importancia de capacitar a las personas que piensan dedicarse a esta actividad, señalando que “el turismo es un negocio en el cual hay que dedicarse a servir y guiar a los visitantes y proporcionar información sobre la historia, cultura y tradiciones locales, además de mostrarles los ecosistemas característicos del lugar.”[2]

Para que el ecoturismo no se convierta en otro factor de amenaza para los ecosistemas y el medio ambiente, Epler afirmó que el Estado juega un papel fundamental, creando programas regionales de conservación y preservación de las zonas con la ayuda de los negocios ecoturísticos.

Por tal razón, insistimos, como lo hicimos en el debate del pasado 19 de febrero sobre la Reserva Forestal Cerros Orientales, que es necesario delegar a una institución para que se encargue de la protección y cuidado, tanto de los visitantes, como de los ecosistemas, para evitar la degradación de ecosistemas como sucedió en la quebrada las Delicias y la Vieja en la ciudad de Bogotá, así como generar conciencia ambiental por medio de programas de eco-educación.

Humedales: los problemas de siempre

Los problemas que presentan los humedales en Bogotá son consecuencia del crecimiento desmedido de la urbanización, pues ésta lleva a que estos ecosistemas sean rellenados para abrirles paso a las viviendas. Adicionalmente, estos cuerpos de agua también han sido usados como vertederos de aguas negras y basuras. “Hoy, quedan muy pocos, menos del 2% de los que había hace un siglo y cada vez menos conciencia sobre su importancia.”[3]

La situación es preocupante si se tiene en cuenta que Bogotá podría tener problemas con el agua potable en 40 años, precisamente como consecuencia del aumento del desarrollo inmobiliario, sumado al cambio climático, que ponen en riesgo las reservas subacuáticas de la Sábana y el hábitat.[4]

Y es que los problemas que presentan los humedales no es cuento nuevo: en noticia del 24 de noviembre de 2011, publicada por la Fundación Húndales Bogotá titulada “Top amenazas y problemas de los humedales Bogotanos”[5] fueron descritas las amenazas y los problemas más graves que en ese entonces afectaban esos valiosos ecosistemas: i)Poca o nula educación ambiental, indiferencia y falta de apropiación de los ciudadanos, ii) Avenida ALO, iii) Construcciones legales e ilegales: Rellenos, iv) Conexiones erradas y residuos sólidos, v) Falta de declaración legal de muchos humedales capitalinos, vi) Administraciones de los humedales. Vii) Humedales de Bogotá: otro limbo jurídico medioambiental de la capital de la república.

Lo que llama la atención es que siete años más tarde persisten estos problemas, y lo que más preocupa es que se han agudizado, afectando a estos ecosistemas y a los capitalinos. Por mencionar un ejemplo, la Veeduría Distrital en un informe del 2017[6] indicó varias de las problemáticas que padecían los humedales de la ciudad en donde señaló lo siguiente:  Construcciones legales e ilegales, mensionando el caso concreto del humedal El Burro, ubicado al surocciedente de la ciudad, en donde se presentan construcciones que llevan alrededor de una década en la zona y que violan los límites de ese ecosistema.

Así mismo, el problema de la contaminación sigue latente: la Personería de Bogotá el pasado 02 de Febrero de 2018 ha manifestado que la “mayoría de humedales reconocidos actualmente están contaminados por aguas residuales, y ha pedido acciones contundentes para garantizar su conservación.[7]

Construcción de senderos duros en Humedales incomoda a los ambientalistas

El Decreto Distrital 565 del 20 de octubre de 2017 firmado por el alcalde Enrique Peñalosa  modificó la política de humedales expedida en 2007 y dejó sin piso jurídico el artículo que prohibía la construcción de obras duras como ciclorrutas, senderos para bicicletas o peatonales en estos espacios.

Según los detractores de la medida, desde algunos sectores políticos de la ciudad se ha promovido la idea falsa según la cual la apropiación de los humedales requiere la construcción de senderos duros, plazoletas y grandes obras que poco contribuyen a la recuperación real de los ecosistemas. Frente a esto, los ambientalistas han levantado su voz de protesta argumentando que el cemento no es una condición necesaria ni suficiente para la apropiación y recuperación de los humedales. Según los defensores de los humedales, tras el decreto, se han realizado dañinas intervenciones en los humedales de Jaboque y Tibabuyes, generando conflictos ambientales con la comunidad en los humedales de Córdoba y Tibanica, que terminaron en demandas contra el Distrito.

El problema, según la Organización Humedales Bogotá, es que “desconocer los bordes y áreas inundables de un humedal además de ecocida es criminal.  Como es predecible, el canal perimetral en adoquín del humedal Jaboque ha sido incapaz de contener la lluvia en temporada invernal inundando los barrios aledaños.” [8]

La importancia de este debate es dar a conocer a la ciudadanía y resaltar la importancia de estos ecosistemas que son de vital importancia para contrarrestar los efectos del cambio climático y para prevenir la escasez del líquido vital hacia el futuro en el Distrito Capital. Exigimos las autoridades competentes robustecer la normatividad para evitar que estos ecosistemas sigan siendo degradados y proponer campañas pedagógicas en todos los sectores de la ciudadanía para su cuidado, conservación y recuperación.



[1] Plan Distrital de Desarrollo “Bogotá Mejor para Todos”

[2] http://www.eltiempo.com/vida/medio-ambiente/experta-de-harvard-habla-de-retos-del-ecoturismo-en-paises-como-colombia-182810

[3] http://www.noticiasrcn.com/especialesrcn/humedales/

[4] http://agenciadenoticias.unal.edu.co/detalle/article/bogota-podria-tener-problemas-con-el-agua-potable-en-40-anos.html

[5] http://humedalesbogota.com/2011/11/24/top-amenazas-y-problemas-de-los-humedales-bogotanos/

[6]http://veeduriadistrital.gov.co/sites/default/files/files/Publicaciones%202017/Informe%20de%20investigacion%20sumaria%202017-03E%20planes%20de%20manejo%20ambiental%20y%20planes%20de%20accion%20en%20los%20humedales%20%20VF%20(03%20ago%2017)z.pdf

[7] http://www.personeriabogota.gov.co/informacion-general/noticias/item/731-personeria-pide-reconocer-como-humedales-mas-cuerpos-de-agua

[8] http://humedalesbogota.com/2015/11/26/el-sofisma-del-cemento/

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