El DANE reveló que la pobreza en el país se incrementó de 35,7% en 2019, a 42,5% en 2020. Casi un 7%. Esto quiere decir que pasamos de 17,5 millones de personas pobres (que no era poco) a 21,02 millones. “Esto es una verdadera tragedia social”, expresa la presidenta del Concejo de Bogotá, María Fernanda Rojas Mantilla.
La pobreza aumentó más en las zonas urbanas, cerca de 10%. Era previsible porque las características de esta pandemia, que exige restricciones a la movilidad y a las concentraciones, hacen que se afecten más los sectores que dependen de la aglomeración de personas, como el comercio, por ejemplo.
Estos porcentajes asombran y eso que el DANE considera no pobres a quienes ganen más de 327 mil pesos. Es decir, alguien que gane al mes 400 mil pesos no es pobre según las mediciones oficiales. Si hiciéramos este umbral más creíble, los porcentajes de pobreza serían mucho mayores (y más ciertos frente a lo que vemos en la realidad).
Además, la desigualdad en el país también creció. Es decir, los recursos y la riqueza terminaron aún más concentrados en manos de pocos. Aun así, medidas como las propuestas en la reforma tributaria hacen muy poco para gravar a quienes de verdad tienen la plata. Prefieren ayudar a extinguir a la escasa clase media que queda.
Según el gobierno, gracias a la entrega de ayudas se evitó que el porcentaje de pobreza superara el 46%. Ante una crisis como esta era urgente tomar medidas. Sin embargo, y para no decirnos mentiras, en una economía como esta, de informalidad y profundamente inequitativa, cada vez que ocurra una crisis mucha gente caerá en pobreza y las ayudas no son una solución estructural.
Decían varios estudios que parte de la reducción de la pobreza que habían reflejado las estadísticas los últimos años tenía detrás un crecimiento de una clase media frágil cuyos ingresos no eran estables ni lo suficientemente altos, y esta crisis mostró que, efectivamente, era tan vulnerable esa clase media que rápidamente muchos de esos hogares volvieron a situación de pobreza. Y para completar, a varios de los que han logrado permanecer en esa clase media, la reforma tributaria se encargará de empobrecerlos también.
