En el marco del debate de control político sobre salud, el Concejal Carlos Carrillo señaló que el futuro de las droguerías y tiendas naturistas de barrio están en las manos del señor William Suarez, contratista de la Secretaría de salud, quien es la persona cargada de estipular los contenidos en las actas de evaluación y supervisión de salud.
Según el cabildante, el señor William Suarez aumentó los criterios de evaluación para las droguerías de barrio, de 79 a 160 ítems, sin ningún sustento legal y con el agravante de que un solo error implica el concepto desfavorable automático de los estándares. De igual forma, los criterios para las tiendas naturistas pasaron de 36 a 96 ítems.
Dentro de las nuevas exigencias a las pequeñas droguerías, el concejal resalta algunas, que considera absurdas, afirmando que el señor Suarez les está dando a estos establecimientos, un tratamiento de IPS como por ejemplo: Los domiciliarios de las droguerías deben contar con una certificación académica como auxiliares en servicios farmacéuticos, las droguerías deben implementar un sistema de gestión integral, también deben contar con un tanque de agua y se les exige que pidan los datos personales a los compradores (nombre, teléfono, dirección, email), obviando Ley 1581 de 2012 de habeas data.
La Asociación Colombiana de Droguistas (ASOCOLDRO) ha manifestado en varias ocasiones a la Secretaría de Salud, su preocupación frente a las afectaciones económicas que tendrían los establecimientos farmacéuticos minoristas y señalan que los requisitos establecidos en esas actas nunca gozaron de un proceso de participación, pasando por encima de la Resolución 1229 de 2013, en donde a ellos se les reconoce como actores, y por tanto, las modificaciones de los criterios en las actas se han hecho de manera arbitraria.
La Asociación manifiesta además que todas las PQRS que envían los diferentes actores, las está contestando el señor William Suárez, la gente se queja del contratista y él les da respuesta de sus propias quejas, situación que el concejal tildó de impresentable.
Adicionalmente, el concejal afirmó que el contratista William Suarez, al momento de encontrar algún incumplimiento, les ofrece a los establecimientos el uso de los servicios del Club de Droguista “Farmatizate”, entidad que al parecer, hace las veces de un centro de soluciones para que las droguerías cumplan con los requisitos que le pide el contratista a nombre de la Secretaría de Salud.
Frente a todo lo anterior, el concejal cuestiona la razón por la cual los temas de vigilancia a droguerías y tiendas naturistas no están a cargo del INVIMA, como debería ser. Asimismo, solicitó tanto a la Secretaría de Salud, como a los entes de control investigar las actuaciones del contratista y su relación con la empresa “Farmatizate”.