Los recorridos que acortan distancias en tiempo, las conexiones viales, las tarifas preferenciales a estudiantes y personas de la tercera edad y otros beneficios se ven opacados con un servicio que colapso en la ciudad y cada día presenta más fallas y menos controles por parte de las autoridades.
Es increíble que una de las empresas que recibe millones diariamente que goza de un carril exclusivo en las calles de la ciudad, que cuenta con la protección de la Policía Nacional y que es considerado uno de los negocios más prósperos para la administración Distrital no pueda mantener en optimo estado tanto las estaciones como el interior de los articulados, generando accidentes y lesiones poniendo en riesgo la vida de los usuarios del sistema. Conexiones de energía expuestas sin ninguna protección tubos de la luz colgando rejillas de las estaciones rotas y grietas en la latonería de los buses que se hacen más visibles y peligrosas al pasar por los huecos que presenta la malla vial, son algunos de los problemas que tienen que superar los usuarios a toda hora del día, todos los días.
Ya son varios los casos de Homicidios, abusos sexuales, hurtos, accidentes, lesiones, y toda clase de vejámenes que los ciudadanos afrontan en el sistema integrado de transporte en Bogotá, exponiendo su dignidad y su vida. Es hora de revisar cuidadosamente los contratos y la calidad del servicio que reciben los miles de usuarios, no solo se pueden llenar los bolsillos los operadores mientras que la ciudad soporta uno de los sistemas de transporte más cuestionados en estos años. Este es un llamado a los entes de control para ejercer conjuntamente un verdadero control político y brindarle soluciones prontas a la ciudad. Enfatizo el Concejal Julio Cesar Acosta.
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