• El tratamiento de renovación urbana afectaría 6.900 hectáreas de la ciudad lo que corresponde al 18,6% del suelo urbano distrital.
• Se fomenta la renovación urbana sin tomar en cuenta el bienestar y la calidad de vida de los Bogotanos.
• La renovación urbana solo garantiza 2m2 por habitante de espacio público, muy por debajo de los estándares internacionales.
El concejal Carlos Carrillo del Partido Polo Democrático Alternativo expresa su profunda preocupación frente a la norma urbana que propone el proyecto de Plan de Ordenamiento Territorial, toda vez que afirma que es una invitación clara a la demolición e hiper-densificación de una gran parte de la ciudad.
El tratamiento de renovación urbana, que para el Cabildante es quizá el más preocupante, afectaría 6.900 hectáreas de la ciudad lo que corresponde al 18,6% del suelo urbano distrital, ubicado a lo largo de los corredores de las redes imaginarias del metro que no se han concretado y en el centro de la ciudad en localidades como Teusaquillo, Barrios Unidos, Los Mártires y Puente Aranda.
“La Renovación Urbana es un instrumento necesario, pero como lo plantea el POT es un desarrollo desaforado que cuadruplicará la densidad existente en la ciudad” Afirmó el cabildante. Asimismo manifestó: “El aumento de la edificabilidad en estos sectores no se acompaña de la generación de suficiente espacio público mediante las obligaciones que debe cumplir el constructor.”
Lo anterior, debido a que se ha determinado, para el tratamiento de renovación urbana, un objetivo de cesión de suelo en sitio de tan sólo 2m2 de espacio público por habitante; muy lejos de lo recomendado por los estándares internacionales de 10m2 por habitante y bastante menos de los objetivos de este mismo POT de 6m2 por habitante.
A pesar del contexto de pandemia que ha revelado los riesgos y consecuencias del hacinamiento, el concejal Carlos Carrillo manifiesta que la Administración Distrital sigue con un modelo de desarrollo resultado de un ejercicio cuantitativo. Siendo esta una postura que insiste en el desarrollo máximo de vivienda en sitios supuestamente de “oportunidad”, sin tomar en cuenta el bienestar y la calidad de vida de los Bogotanos, y aún menos las características e identidades urbanas, sociales y culturales de los barrios afectados; la escala local de la ciudad.