En un análisis a fondo de la situación de la Capital, la concejal del Partido Verde, María Clara Name Ramírez, evidenció un nuevo problema que acecha a los hogares como consecuencia del aislamiento decretado por el Gobierno para evitar los contagios, y es el incremento de la violencia intrafamiliar del que son objeto los menores de edad y las mujeres.
Las cifras aumentaron durante la cuarentena. Según el Observatorio de Mujeres y Equidad de Género de Bogotá, la violencia intrafamiliar aumentó en los meses de marzo, abril y mayo, pasando de 6317 casos en el 2019 a 6618 en el 2020.
El volumen de llamadas a la Línea Púrpura cambió sustancialmente a partir del 20 de marzo, día en el que inició el confinamiento a partir del Simulacro Vital. Antes de esta fecha, en un día promedio por semana se recibían entre 70 y 80 llamadas, mientras que en la semana del 20 al 26 de marzo ese número aumentó a 297 llamadas. Así mismo, los contactos de "WhatsApp, que hasta ese momento no superaban las 70 conversaciones promedio por día, llegaron a 215.
La mitad de las llamadas que ingresaron a la Línea Púrpcual ura por temas asociados a violencia, estuvieron concentradas en cinco (5) localidades de Bogotá: Kennedy (12%), Bosa (11%), Suba (11%), Ciudad Bolívar (8%) y Engativá (7%).
Así mismo, una revisión en redes sociales e internet demostró que la violencia contra niños, adolescentes y mujeres durante el período de cuarentena aumentó. La Secretaría Distrital de Integración Social, así lo confirmó, al informar que se atendieron de manera presencial y segregada 1128 víctimas en las Comisarías de Familia, así: de 0 a 5 años (327), de 6 a 12 años (445) y de 13 a 117 años (356).
Para la Concejal Name esto es una situación que preocupa porque es la integridad y la dignidad humana de las mujeres, las niñas, los niños y los adolescentes la que se ha visto comprometida.
El aislamiento fue una defensa al virus, señaló la Concejal, sin embargo, se convirtió en un arma de doble filo, ya que se implementó como medida de protección obligatoria, que generó en un buen número de hogares bogotanos que no tenían las condiciones apropiadas para asumirlo, abusos y maltratos en la población más vulnerable.
Se hace urgente reforzar y apoyar campañas de educación, a través de una política social en favor de las mujeres y menores, con la finalidad de erradicar este mal, denominado como “La Otra Pandemia”.