Las principales metrópolis del mundo transitan actualmente, en clave de cambio climático, hacia su reconciliación con el agua, un elemento tradicionalmente despreciado por el desarrollo urbano. En el caso de Bogotá, el modelo Bacatá Hidrópolis, destinado a encarnar la posibilidad de saldar la deuda histórica de la ciudad con el agua, hoy está en riesgo de ser archivado, frente a la posibilidad de la pérdida de la investidura de la única Concejal indígena del Distrito, con la sensibilidad para comprender, impulsar y ejecutar un proyecto ambiental de esa naturaleza.
La iniciativa de Acuerdo para la implementación de Bacatá Hidrópolis, impulsado por Ati Quigua, vocera del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) constituye la posibilidad de concretar un antiguo y urgente anhelo de Bogotá: ordenar su territorio y su ambiente en torno al agua. Visión que se anticipa en el Decreto 190 de 2004, y el Programa 28 del actual Plan Distrital de Desarrollo 2020-2024, y que se discutirá en primer debate el viernes 20 de noviembre en la Comisión Primera del Concejo de Bogotá, generando expectativa para los cabildantes, colectivos sociales y ambientales, activistas, académicos y comunidades que han acompañado la construcción del Proyecto de Acuerdo a través de encuentros denominados Pacto por el Agua.
El primer esfuerzo en la dirección de reivindicar la importancia del agua para Bogotá, es la formulación del Acuerdo 347 de 2008, con el cual la Concejala Ati Quigua se propuso solventar la necesidad de una política del agua para el Distrito Capital. Propósito que se concretaría en la adopción del Plan Distrital del Agua (PDA) a través del Decreto 485 de 2011, cuyo principio rector fue la implementación de un enfoque de derecho para promover el acceso universal al agua. En ese marco, el corazón del PDA ha sido la implementación de un programa para la asignación de un Mínimo Vital de 6 mts. cúbicos a la población estrato 1 y 2 de la ciudad, entre quienes el derecho al acceso al agua ha resultado tradicionalmente vulnerado.
No obstante, a 10 años de su primer periodo de implementación el PDA aún tiene deudas con la ciudad, especialmente relacionadas con su infructuosa intención de territorializar la gestión y el manejo del agua. Objetivo cuya resolución ha encontrado escollos la tradicional voluntad desecadora y urbanizadora desde la cual la ciudad se ha relacionado con sus cuerpos de agua, procedimiento que se siguen actualizando a través de intervenciones como las Operaciones Estratégicas.
Situación que el modelo Hidrópolis se propone abordar, a partir del establecimiento de una relación entre los ciclos del agua y los micro-territorios, actores tradicionalmente marginados de la gestión del sistema hídrico. Relación que se concretará a través de la aplicación de técnicas de hidro-urbanismo que impulsen la armonización del encuentro de la ciudad con sus cuerpos de agua, y, en consecuencia, la calidad de los entornos habitacionales locales, a partir de acciones de acupuntura urbana. De esta forma, la Hidrópolis será un complemento de los contenidos del PDA, que precisamente serán revisados y ajustados en el año 2021.
El Río Bogotá es la principal determinante ambiental del Distrito Capital, y por tanto la columna vertebral de Bacatá Hidrópolis, puesto que la viabilidad de la ciudad a futuro depende de la sanidad de esa cuenca que abarca en sus 589.143 hectáreas el territorio de 47 municipios y las descargas de 12 millones de personas, al mismo tiempo que sus actividades agropecuarias e industriales aportan el 32 % del PIB nacional.
No obstante, el Río Bogotá es uno de los cuerpos de agua más contaminados del mundo. Su deterioro ambiental proviene de 442 toneladas diarias de desechos, 5,2 toneladas de detergente y 1473 toneladas de sólidos (35 tracto mulas diarias de residuos). Sin embargo, solo el 35 % de las aguas residuales recibe tratamiento.
De los 380 kilómetros de longitud del Rio Bogotá, 90 de ellos pertenecen a los municipios de Funza, Mosquera, Soacha, Sibaté y Granada, más el Distrito Capital. En esta Cuenca Media, el río Bogotá pasa de 4 a 8 en su nivel de contaminación. Nivel que siendo el máximo en su recorrido, se mantendrá hasta su desembocadura en el Río Magdalena, a la altura del Municipio de Girardot.
En el caso del Río Bogotá, Bacatá Hidrópolis propone el desarrollo de un Plan de Ordenamiento y Manejo de la Cuenca Hidrográfica (POMCA) de naturaleza Biocultural. Frente a la necesidad que tiene hoy la ciudad de actualizar su Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, actualmente en interinidad, y del naciente proceso de construcción de la Ley Orgánica de la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, Bacatá Hidrópolis constituye la mejor posibilidad de consolidar al agua como el protagonista histórico del ordenamiento y la gestión territorial de nuestra ciudad-región.
Página web: https://atiquigua.co/